El gobierno actual hizo su campaña presidencial, diciendo que los países mas desarrollados han hecho sus progresos sociales, económicos y culturales con su foco en las ideas libertad.
Estas ideas son las ideas de autores libertarios como Murray Rothbard y von Mises, entre otros.
Estos autores se esforzaron, en primer lugar, en comprender la naturaleza del hombre, para luego poder comprender su acción económica. Descubrieron al hombre como una criatura que tiene como mayor capital su libertad y que si hace ejercicio de esa libertad puede crear un mundo asombroso y con una gran complejidad de relaciones que están en un constante cambio y ajuste, con los desequilibrios naturales que se compensan espontáneamente.
A partir de tener esta visión completa del hombre, que debe asumir la infinita diversidad del género humano y la naturaleza dispersa e inabarcable de la información que se genera a cada instante, la Escuela Austríaca enfrentó la realidad económica como una continua creación viva, como un complejo espacio de acción y reacción incesante. Y sobre este punto de vista se edificó una teoría abierta y flexible sostenida en una fe radical en el hombre y dirigida por encima de todo a evitar obstaculizar el mayor tesoro que tiene el hombre, la única y verdadera fuente de riqueza de todas las sociedades: la libertad humana.
Pero también hay otros autores que hablan de la libertad, que son autores que tienen ideas de izquierda, uno de ellos es Jean Paul Sartre,y también su pareja Simone de Beauvoir habla de la libertad.
En este día me ocuparé de Sartre, ya que planteó en el final de El hombre y las cosas, un capítulo titulado “La libertad cartesiana”, donde critica la idea de Descartes planteada en Meditaciones Metafísicas, donde hace una distinción entre libertad y libre albedrío y se establece una distinción, y, el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios por poseer el libre albedrío.
También Jean Paul Sartre en El Ser y La Nada, el último capítulo se llama “La Libertad”; este libro fue escrito en 1943, en diversos bares o café de París, mirando el contexto del avance del nacionalsocialismo sobre Europa y la opresión sobre determinados sectores que ejercía este partido político con una particular manera de ejercer el poder.
La definición básica de libertad de Sartre consiste en que es la ineludible manifestación del hombre siendo en el mundo. El ser humano vive una libertad absoluta, ya que siempre ha de elegir una u otra cuestión. La elección es inevitable. Por ello, Sartre equipara libertad a ser humano, son una y la misma cosa.
Para empezar su análisis comienza planteando que la característica fundamental del para sí (conciencia no posicional que es un vacío de ser. Se relaciona con la nada porque todavía no es y tiene la posibilidad de ser: ha de serlo que es, dice de ella Sartre). A diferencia del en sí (es el ser en el mundo entendido como un proyecto de ser, donde sus actos y compromisos se patentizan. La conciencia cobra facticidad en el mundo a través de la acción y los compromisos a los que se ve abocada; entonces surge el en – sí siendo siempre aquello que realiza: es lo que es y define al hombre por sus actos), aunque nuestro ser está atravesado por la insatisfacción, porque somos incumplidos e incompletos, necesitamos irnos haciendo y proyectarnos, es decir, avanzar hacia el futuro; y lo hacemos cuando elegimos, esto es, cuando ejercitamos la libertad.
Para Sartre dejar de actuar es dejar de ser y, en este sentido, la libertad es la constitución de mi ser, es decir, que en este sentido, yo soy mi libertad.
Pero la paradoja de la libertad es que estamos condenados a ser libres, y, por lo tanto,
estamos condenados a elegir, y, esto se produce de esta manera, porque en tanto el hombre es conciencia, el hombre es libertad. Y tener el poder del ejercicio de la extrema libertad corresponde a la tener que realizar el ejercicio de la extrema responsabilidad, es decir, el hombre es responsable de todo.
Cada móvil y cada motivo de la elección no son algo extraño o separado de la libertad, sino que, por el contrario, la integran como un todo, como un complejo.
Tanto el liberal libertario como un autor comunista como Sartre plantean la libertad como un pilar clave en sus sistemas filosóficos, que constituyen la esencia misma del ser, y a partir de esta postura de la libertad, se puede intervenir en la sociedad.
Esta intervención en la sociedad, a partir de la libertad es un hecho determinante en ambos sistemas porque nos muestra que la elección es un elemento clave, casi la médula de la libertad que nos trae aparejado la responsabilidad.
También se puede vislumbrar una clave existencialista, debido a que, en ambos esquemas, se muestra que la finalidad es dar prioridad a la existencia humana por encima de la esencia. También si se los plantea como existencialistas, es muchísimo más importante la vivencia subjetiva que la vivencia objetiva, y todo esto se produce porque el hombre se define como la suma de todas las experiencias que ha ido realizando a lo largo de su vida, no como un concepto abstracto, como hace la esencia.
Como se puede vislumbrar en los esquemas filosóficos, sean de cualquier idea (que pueden abarcar desde la ultraderecha a la ultraizquierda), la libertad es un elemento esencial, es un elemento constitutivo de la conciencia del hombre.
Para Sartre, la conciencia se refiere al conocimiento de la propia existencia, y es presentado siempre como término genérico de ese reconocimiento. La reflexión sobre la existencia comporta análisis y búsqueda de un sentido, es puede mostrarse como una ubicación en el mundo. La conciencia se dimensiona en en-sí y para-sí, únicamente como necesidad definitoria, ya que la siempre es una sola cosa.También para ambos esquemas filosóficos sitúan la elección del hombre como la
responsabilidad que es lo derivado de la libertad, esto es, que la libertad es la constitución del ser en su máximo nivel.
Sartre escribe en la más absoluta de las opresiones europeas una de las obras más acabadas, más perfectas del siglo XX, que concluye con el planteo de la libertad para que el hombre sea consciente de su responsabilidad, que su intervención es mostrarse en su ejercicio pleno de la libertad.
