
Hace unos días atrás Darío Sztajnsrajber estuvo en la facultad de Filosofía y Letras en el aula Boquitas (aula que se bautizó así en homenaje a Manuel Puig) dando una charla organizada por la cátedra de Griego Filosófico que el titular es Esteban Bieda.
En esta charla Darío Sztajnraber comenzó planteando que hay tres tipos de discursos que coexisten y están en pugna, que son, por un lado, el académico, por otro lado, el de
divulgación, y, por último, el institucional.
Estos tipos de discursos se construyen en una zona de tensión dialógica, es decir, es un
lugar delimitado que entran en una disputa que esta en tensión cuando dialogan, o mejor dicho, cuando uno busca traducir a los otros tipos de discurso.
En esta experiencia de traducción, el discurso académico siempre es el que mira a los
demás como con recelo, porque se maneja el supuesto de que para ir avanzando implica conocer determinadas posturas epocales y conceptos puntuales de los autores.
Es en este problema de la traducción donde también supone que el académico también mira con recelo al de divulgación porque supone que la conceptualización de la propuesta del autor se supone “rebajada” y “edulcorada”.
En lo personal esta sectarización me parece que empobrece el acercamiento a la filosofía (en mi caso), y, también, ocurre en otras áreas de aprendizaje, debido a que hay gente que no tiene manera de acercarse a la filosofía puede intentar acercarse a los autores.
La búsqueda de una explicación (si se quiere) “más básica”, es una tarea que se puede
muchas veces tornar “dificultosa”, debido a que es necesario poder hacer entendible un autor requiere un nivel de lectura y un nivel de preparación muy importante.
Es necesario pensar que hoy en día, la Universidad contiene el saber académico y
monopoliza el saber, y sostiene que bajar el nivel en la explicación es intentar dejar muy desprestigiado el sistema conceptual de los autores.
Pero en este acercamiento a través de la divulgación debe tenerse en cuenta que no se va a obtener el título, pero si es una fuente de conocimiento. En caso personal me enseñan a poder entender los diversos autores que me tocan estudiar y pensar.
También los que pasamos por la Universidad vemos filosofía en todos lados, buscamos
como presentar una monografía, buscamos mostrar creatividad, en diversos modos, por ejemplo, hice una monografía comparando el texto de Samuel Huntington El choque de las civilizaciones con el comic de Superman.
En el texto de Huntington se muestra diversos tipos de civilizaciones cerradas que entran en conflicto buscando destruir al rival, y esto sucede en el comic de Superman cuando se enfrenta con su enemigo lo hace con esta lógica.
Este deseo de romper los límites buscamos llevar la filosofía a todos lados, romper esos límites, esas fronteras que encorsetan y que hace que un discurso sea reducido a una elites de iluminados.
La filosofía nació en la calle a partir de puntos de partida que se pueden resumir en tres: en primer lugar, la duda; en segundo lugar, el asombro; y, en tercer lugar, la situación límite; y, los primeros filósofos ejercían esta actividad en la calle.
A partir de la Edad Mediase empezó a mostrar el encierro de la filosofía en la Universidad, a partir del siglo IX cuando se fundan las escuelas palatinas, que son las universidades en los palacios. Más adelante, comienza a generarse la urbanización y las universidades ocupan el centro de la ciudad.
Es necesario romper límites llevando el conocimiento por diversos carriles y canales a la mayoría de personas posibles, que sean capaz de cuestionarse y de cuestionar su
conocimiento y todo lo que observan.
Es necesario que, sobre todo, en estos momentos donde la educación pública está siendo cuestionada y, también, desfinanciada, cualquier camino alternativo que aproxime el conocimiento y que acerque el saber.
Es necesario que las fronteras se desdibujen para que las personas cuestionen lo que
escuchan y cuestionen la realidad, no solo de los conceptos aprendidos a rajatablas para poder rendir una materia, sino que lo aprendido sea para poder intervenir críticamente una situación determinada.
La necesidad de que diversos conceptos, de diversos autores, sean interesantes para poder pensar la realidad, para que estos discursos en ves de ser tres tipos de discursos diferentes, se interrelacionen para poder vincular a las personas con las ciencias humanas.
Las fronteras nos hacen estar seguros a los que estamos adentro, y poder estereotipar a los que están en otros sistemas sean los barbaros, sean las personas que son consideradas distintas, por los valores diferentes que tienen a los que estamos adentro de una estructura determinada.
Quiero terminar esta columna con una situación que me toco vivir hace poco: fui invitado a presenciar una tesis de doctorado sobre Lucrecio y su libro De rerum Natura, y uno de las personas del tribunal era un profesor antiguo de la cátedra Griego Filosófico, que se llama Angel Castello, y dijo: “Que presentar una tesis de doctorado en este momento es un acto de resistencia y un acto de revolución”.
En ese momento yo pensé en que es necesario que las academias no sean tan académicas con las personas que no se quieren exponer a realizar una carrera, a adquirir conocimientos de manera académica, sino que es necesario que los que podemos llevar algún acercamiento lo hagamos.
En ese acercar conocimiento no van a acceder a un título, pero si van a ir conociendo y
acercándose a un saber cercano a los autores, a las posturas y con esos conceptos podrán intervenir críticamente en la realidad.