
Hace unos días escribí una columna que se titulaba “De topos y destrucciones”, la cual
surgió a partir de que el presidente Javier Milei dijo: “Amo ser el topo que destruye el Estado desde adentro”, y lo compare con el prólogo de Aurora de Nietzsche, donde el personaje principal es el topo que destruye la metafísica de manera silenciosa.
Envié la nota a un profesor y el cual me dijo que si bien coincidía en varios puntos, algo que atentaba contra la comparación que planteaba era que Milei era una persona muy ruidosa. Esto lo estuve pensando y creo que no es así.
Para empezar a definir, hay un autor (al que todo lo tenemos por “difícil”) que se llamaba Jacques Derrida que le costó entrar en la Universidad (fue rechazado tres veces), y en 1974 publica Glas, considerado una obra como punto de inflexión, ya que, en primer lugar, fue un libro pensado como un libro (los anteriores habían sido recopilaciones de artículos), y, en segundo lugar, radicaliza la lectura y la escritura de un modo radical.
Glas se tradujo al español como Clamor, y hace referencia a los tañidos fúnebres de las
campanas, y haciendo un paralelismo con Nietzsche son los tañidos de la campana de “la muerte de Dios”, que se muere por no cambiar.
En Glas, Derrida mezcla dos textos: Principios de la filosofía del derecho de Hegel (que se puede ubicar en el área de lo sagrado) y un texto de Genet donde plantea la cuestión de diversos usos heterogéneos de la lor de los hechos y los valores, y se establece un crítica a Sartre.
En Glas, Derrida realiza injertos de los dos textos, haciendo un juego mostrando que lo ocurre entre las dos columnas es lo que sucede realmente en el texto, estas interferencias que no tienen un término y que conducen al lector a realizar su propia lectura, y las cuales pueden (o no) coincidir con las lecturas realizadas por el mismo Derrida en cada una de las columnas. Dos columnas que no solo rompen la linealidad del texto, sino que forman una double bind (doble banda), la antinomia, inconciliable, indecible. ¿Qué texto está escrito al margen del otro?
En este texto, también aparece la cuestión de la firma como un resto, esto es, lo que resiste al borrado del nombre propio.
Estos injertos, pueden ser las redes sociales, las cuales actúan como un “complemento” de la actividad del presidente Javier Milei, es decir, que las redes sociales pueden ser entendidas como un injerto en la actividad presidencial.
Las redes sociales son en su mayoría usadas por un “ejército de trolls libertarios”, y las
redes presidenciales son usadas por algunos asesores.
Estas personas escriben mensajes agresivos, hacia diferentes sectores políticos, hacia
diferentes sectores sociales, y hacia grupos de minorías.
Cada posteo que realizan este “ejército de trolls libertarios”, es reposteado por el
presidente, como si cada una de esas personas tuviera un grado de veracidad, sobre hechos absolutamente improbables.
Cada uno de estos posteos son ofensivos, insultantes, y están firmados por cada uno de los participantes de este “ejército de trolls libertarios” y muestran el nivel de agresividad que tiene este sector político, el nivel de agravamiento sobre las disidencias, sobre los que piensan distinto, etc.
En estos momentos cualquier pensamiento disidente, es catalogado de “zurdo socialista que prefiere un sistema que lleva a la miseria”, y, cualquier disidencia es catalogado de “kichnerista ensobrados”
A lo que me refiero con los “injertos ruidosos”, es este “ejercito de trolls libertario” que
postean en las diversas redes sociales, y que lo hacen como una actividad presidencial a demanda.
También me refiero a los “periodistas amigos”, como por ejemplo Majul, Trebucq, Jonatan Viale, etc., que están diciendo lo que se le avisa que informen desde la Casa Rosada, por ejemplo, los diversos agravios que recibió la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Este “injerto ruidoso” al igual que las columnas en el texto de Derrida no se sabe si están en el centro o en el margen, pero lo que si se sabe que generan una gran interferencia en todo el sistema político, y de un modo principal, ataca a la instituconalidad estatal.
Este sistema de “injertos ruidosos” lo que hace es establecer agravios para mostrar que lo que se plantea es inservible, pero también hace que esas interferencias generen desconcierto en la sociedad, sobre como se el gobierno trabaja, si estos están en unidad, o cada sector trabaja de manera autónoma.
Cada momento de ruido, de interferencia que genera lo que Derrida llama lo indecible,
cuando un mismo término tiene significados antagónicos, Derrida se declara a favor de la indecibilidad, como se puede mostrar que en este gobierno pasa para sostener que su postura es la correcta.
Me refiero a esto con lo que en cada acto de agresión, en cada posteo con agravios, insultos, son usados para silenciar a los que se quejan, a los que le dicen que son homofóbicos, periodistas ensobrados, etc., para no poder responder a los ataques de este “ejército de trolls libertario”.
Lo que resta aclarar es lo de la firma que también es un acto de indecibilidad, debido que en cada post generalmente viene con cualquier nombre, y en las redes sociales se puede usar cualquier “apodo”.
Espero que esto sea temporal, y que “estos pequeños grandes matones de la internet”,
cobren la cordura y no insulten ni agravien, debido a que es un método muy brusco de
silenciar, y no respetan algo de lo que se apropiaron: la libertad.
Se puede vislumbrar que el topo Milei es el silencioso, y que el ruido son los injertos que realiza el entorno.