
Mucho se habló durante el día de hoy en nuestros círculos más íntimos como actores de prensa. Recibimos saludos de mucha gente, de distintos actores del poder, donde claramente son contados con los dedos aquellas personas que viven la política de una forma pura y sana, y en este caso particular ni siquiera se ajusta a lo partidario, es decir; hay personas buenas en todos los partidos y espacios, aunque son los menos.
Así mismo las distintas organizaciones del pueblo envían sus buenos deseos a la prensa local, respecto al rol que cumplen y cada cual expresa lo que considera importante de los distintos actores de la comunicación.
A Mariano Moreno le interesaba que su nación sepa lo que estaban haciendo los revolucionarios, aquellos que enfrentan al poder de turno, a la corona que no se cansaba de explotar a todo un pueblo con sus ansias salvajes de poder y la avaricia de Europa y especialmente España que no parecía no tener fin. Ningún liberal puede estar enojado porque tenemos una bandera celeste y blanca, una patria, una República, pero tampoco puede estar en desacuerdo un socialista, o un peronista de centro, como tampoco la progresía moderna, la social democracia o la derecha.
Es decir, en ese sentido profundo de argentinos, todos tenemos puntos de acuerdo donde el ajeno, el que es de otro lado y no es parte de lo que somos, no puede dividirnos. Pero en algunas cosas que hoy tampoco son tan uniformes y que tampoco todos visualizan como en aquella pluma que tenía Moreno. Una pluma peligrosa para los que se agolpaban esperando privilegios, porque era la pluma cargada por el argentino, por los que soñaban en grande, por lo que querían ser libres.
¿Creen que hoy no tenemos los mismos problemas?
Alguien se atrevió a matar al revolucionario del pueblo que comenzó con aquella Gaceta, quizá eran unos muchos, o algún loco que no podía amar esa pluma, pero lo concreto es que era un alguien enemigo del pueblo, y envenenaron con arsénico al mensajero de ese pueblo. Los libres del mundo responden al gran Pueblo Argentino “Salud” . Cuando me dicen; “Moisés no te lo tomes tan en serio, no te pelees con todos”, me hacen comprender cuán lejos estamos de ganar la pelea. Pero esos desafíos son los mejores, porque es la lucha cultural, es la lucha política, donde la población no les exige a sus servidores que respeten el servicio.
Y es que, en realidad, el rol no puede ser ajeno al hecho de hablar con los libres, pero también hablarle a los que no han conocido aun la importancia de esa Libertad. Y la prensa naturalmente acepta como esa libertad a que todos puedan decir lo que creen, lo que piensan, libertad ante la cancelación, libertad ante los absolutismos de las ideologías, libertad al decir que cualquiera sea el político, cualquiera sea su color partidario, no es un salvador, no es un héroe, es un empleado público, es un administrador del pueblo. Si decimos rol, entonces estamos pensando constantemente en que hacemos, y si no podemos hacer lo que debemos hacer, entonces no tiene sentido, porque si cumplimos un rol, tiene que estar definido. Si algo pasa, y el pueblo debe saberlo, hay que decirlo, hay que contarlo, es importante, el pueblo es soberano.
El rol nos dice que tenemos que amar la justicia, tenemos que amar la verdad. Una vez confirmamos. “Siempre alerta para defender la verdad”
Moises Vasquez