Recordando a Jaime Coll a 38 años de su desaparición
Han pasado muchos años, 38 y queremos hoy recordar al ingeniero Jaime Bernardo Coll, quién
abandono físicamente este mundo el 22 de mayo de 1986, a modo de homenaje a este
hombre, un visionario que creo un sello y una industria para esta ciudad a través del reciclaje,
un luchador permanente en pos del progreso de esta comunidad
Corría el año 1960 y Aceros Bragado S.A. como su nombre lo indica, se radicó en la ciudad
bonaerense de Bragado, por impulso del Ing. Jaime Bernardo Coll, quien había empezado años
antes como contratista de obras civiles, actividad que por otra parte nunca abandonó.
La acería, se inició como proveedora de aceros fundidos (cilindros de laminación material para
las industrias automotriz, naval y ferroviaria, etc.), la empresa se fue armando y consolidando
con la adquisición de equipamiento de emprendimientos nacionales que ya no operaban y
fusionándose con empresas similares que se habían establecido en la zona, como por ejemplo
la perteneciente a Omar Juan Lucini, de Pergamino. Aceros Bragado producía barras y perfiles,
del orden de las 6.000 t/año. En 1968 Metcon decidió cerrar su planta de fundición de cilindros
de laminación y ponerla en venta. Coll compró los equipos y emprendió esta nueva actividad,
de gran necesidad para las otras laminadoras del país; La producción y venta de cilindros de
laminación, tanto en el país como en el exterior, convirtiéndose a comienzos de los años 70 en
una acería integral para la fabricación propia de palanquilla y aceros laminados.
En 1978 amplía las actividades de laminación mediante la incorporación de un tren de
laminado Pomini Farrel de origen italiano. A partir de allí, se transforma en una importante
empresa proveedora de hierros de construcción a nivel nacional.
Esta empresa montó también una fundición y abasteció con sus productos industrias agro-
industriales de la zona. Al ponerse en venta La Cantábrica, se hizo cargo de la continuación de su producción, aunque esto duró poco.
La desaparición de su fundador e impulsor en 1986 trajo cambios que dejaron a la acería como
el mayor legado del ingeniero y un sello que distingue a Bragado desde ahí ligado a la
producción de Acero sin tener puntos de extracción solo del reciclado.