
Crónica de un subsidio a destiempo: la provincia financió la Fiesta del Chorizo Seco… un mes después

Por Moisés Vásquez, sobre investigación publicada originalmente en Enclave-ar
El papel aguanta todo, dicen. Y el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires lo confirma. Allí quedó estampada, el 24 de septiembre, la resolución 379-MPCEITGP-2025, donde el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Augusto Costa, autoriza el desembolso de 5 millones de pesos para “apoyo económico” a la Fiesta del Chorizo Seco, en Comodoro Py, partido de Bragado.
Hasta ahí, todo bien… salvo por un detalle: la fiesta ya había terminado hacía más de un mes. Se realizó el 16 y 17 de agosto.
El subsidio llegó tarde, pero llegó.
Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof insiste en que “no hay plata”: no hay para hospitales, ni para paritarias, ni para patrulleros, ni para reparar escuelas. Pero sí hay para un festival gastronómico ya consumado, en un distrito amigo del oficialismo.
En la lógica del poder bonaerense, la cronología es apenas un estorbo.
El ajuste rige para el aula, no para el almuerzo.
El expediente que llegó después del aplauso
El documento de la polémica lleva la firma de Costa y habilita el “apoyo económico” a una actividad que ya se había realizado. La resolución no explica por qué el aporte se aprobó fuera de tiempo ni bajo qué criterio se seleccionó a la Municipalidad de Bragado entre tantas otras que también organizan fiestas locales.
En términos administrativos, podría tratarse de un “reconocimiento” o “subsidio compensatorio”. En términos políticos, parece más bien un gesto de afinidad territorial.
Mientras los intendentes opositores reclaman por los giros atrasados de coparticipación, algunos municipios cercanos al gobernador reciben recursos para eventos que, casualmente, encajan en la foto del relato productivista bonaerense: identidad, trabajo local y turismo interno.
Pero en este caso, el subsidio se volvió símbolo. Una transferencia fuera de tiempo en una provincia fuera de eje.
El contexto que huele a desorden
Kicillof gobierna con el presupuesto 2023 prorrogado, la Legislatura le niega créditos, los gremios docentes reclaman aumentos que no llegan, y el propio Ejecutivo prorrogó la emergencia económica de las empresas recuperadas porque —según su texto— “la crisis se ha agudizado”.
Sin embargo, entre tanta penuria, hubo margen para 5 millones destinados a una fiesta rural.
No hay plata para infraestructura escolar, pero sí para el “apoyo económico” del chorizo seco.
En clave política, el caso no sorprende: Bragado es gobernado por Sergio Barenghi, intendente alineado con el kirchnerismo provincial. El subsidio llegó, la firma se estampó y la cronología, otra vez, quedó en segundo plano.
El espejo del gasto discrecional
La investigación de Enclave-ar expuso lo que muchos municipios sospechan: los fondos discrecionales siguen siendo una herramienta política, aún en tiempos de crisis.
Los papeles muestran el detalle, pero lo simbólico es más potente: mientras la provincia repite el mantra del “no hay plata”, la administración selecciona con precisión quirúrgica dónde sí la hay.
La resolución llegó tarde, pero no por descuido: llegó porque debía llegar.
Y así, en plena escasez, el Estado demuestra que todavía tiene cintura para sostener las pequeñas fiestas del poder.
En resumen, la Fiesta del Chorizo Seco terminó siendo más que una celebración gastronómica: una postal de la gestión provincial.
La austeridad puede esperar, los patrulleros también… pero el chorizo, nunca.
