
Campo en emergencia: malestar, reclamos y preguntas incómodas en Bragado

El agua no solo anegó campos: tensionó vínculos, despertó protestas y puso en evidencia años de postergaciones en infraestructura. En Bragado la crisis hídrica ya no es una alarma lejana: productores, transportistas y vecinos llevan semanas reclamando obras de desagüe, limpieza de canales y reparación de caminos rurales que hoy impiden la circulación de la producción y aíslan familias enteras.
El Censor recorrió zonas rurales y contrastó lo que denuncian los productores: canales tapados, alcantarillas sin mantenimiento y caminos convertidos en lagunas. El canal que bordea la ruta 46 hacia la rotonda exhibe maleza y sedimento acumulado, y muchos dicen que con una limpieza mínima el agua podría salir más rápido. La queja apunta con nombre propio a la Secretaría de Obras Públicas, a cargo de Manuel Santiago: “Si trabajaran un poquito con las limpiezas mínimas, quizá el agua busca salir más rápido”, resumió un vecino.
En ese marco, la senadora provincial Eugenia Gil elevó el reclamo a nivel político y lo enmarcó como una urgencia que trasciende banderías: “La situación hídrica de la Provincia de Buenos Aires no reconoce posicionamientos ideológicos”, enfatizó. Gil recordó la magnitud del problema —suelos saturados, caminos cortados y comunidades aisladas— y reclamó que Nación y Provincia concreten las obras comprometidas para el sistema del Salado. Además, informó que presentó un proyecto para declarar la emergencia hídrica y dotar a los municipios de herramientas para atender la crisis en forma inmediata. “Es URGENTE”, subrayó la senadora en su comunicación.
La protesta social también se dejó ver en la calles: productores de distritos como Carlos María Naón, La Niña y Morea se plantaron frente a la Municipalidad nuevejuliense, quemaron cubiertas y tablones y exigieron respuestas. En una de las movilizaciones un manifestante logró ingresar hasta el despacho del Secretario de Gobierno para reclamar soluciones “ya”.
En medio de este clima de indignación, el referente local de FORJA, Sergio Pedrosa, aportó una mirada que mezcla crítica técnica y metáfora: “Bragadenses, el reclamo del campo es genuino, pero seguimos pensando en plata y no en vida y salud. El terraplén que se construyó para contener el agua se convirtió luego en calle; hoy está más aplastado, y cada pasada de motoniveladora devuelve tierra a los costados, dejándolo más bajo que cuando se lo construyó. Si llueven unos milímetros más, ¿qué vamos a hacer, islas flotantes? ¿Vamos a confiscar las lomas para pararnos arriba hasta que venga la sequía? Somos seres humanos, ¿no?”, preguntó Pedrosa, en una advertencia que apela tanto a la técnica como a la ética pública.
La síntesis es cruel y sencilla: hay demandas inmediatas (limpieza de canales, reparación de alcantarillas, obras de drenaje, atención a caminos rurales) y una deuda estructural (planes hidrológicos, mantenimiento continuo y política de largo plazo). Los productores señalan que la falta de respuestas agrava pérdidas: imposibilidad de trasladar la producción, daño a los cultivos y, en sectores tamberos, pérdidas por no poder sacar la leche. Para muchos, la frustración crece porque se percibe que las soluciones llegan tarde o se limitan a promesas.
