

Porteño ausente, Marini también. Hoy tenían que cumplir la fecha con Bragado Club y no se presentaron. Ante la consulta Mauricio Yaffaldano, presidente de la liga, afirmó que si no se presentan nuevamente, por reglamento quedan afuera del torneo.
El Club Porteño volvió a manchar el campeonato: primero no se presentó ante Villa Tranquila en el Apertura, y ahora repite la historia contra Bragado Club. Dos ausencias que no solo afectan la tabla, sino que deterioran la seriedad de la Liga y la confianza de quienes todos los fines de semana sostienen al fútbol local.
En esa misma institución, Germán Marini abrió las puertas para las reuniones de campaña de Sergio Barenghi y hasta festejó allí su triunfo electoral. Parece que Porteño se usa solo como excusa para hacer política, mientras el club no se presenta a jugar. El contraste es claro: para la política, siempre está disponible; para el fútbol, directamente no aparece.
Un presidente de club no puede esconderse detrás de excusas. La obligación es estar, ordenar y responder. Cuando un equipo decide no presentarse, el que queda expuesto no es solo el plantel, sino toda la institución. Y la imagen de Porteño se degrada cada vez más, arrastrada por la desidia de quien debería defenderla.
El fútbol de Bragado merece respeto. Los rivales que entrenan, los socios que pagan la cuota, las familias que esperan ver a su club competir, todos reciben un cachetazo con estas ausencias. La conducción de Marini muestra que la prioridad no es el deporte, ni los jóvenes, ni el prestigio de la camiseta: la prioridad es otra, bien distinta.
El cargo que ostenta en el Concejo Deliberante no lo exime de responsabilidades en Porteño. Al contrario: debería ser un ejemplo. Hoy, lo único que deja Germán Marini es la marca de un club que no se presenta y de un presidente que tampoco aparece.
