

El Ministro de Desarrollo Agrario llegó a 25 de Mayo, pero lo hizo como si pasara de largo. No hubo encuentro con el intendente, ni reunión con las entidades rurales, ni siquiera un gesto de acercamiento hacia la zona donde las inundaciones arrasaron campos y caminos. El funcionario desembarcó, cumplió con su agenda acotada, se mostró con los suyos y volvió a partir. La comunidad agropecuaria, mientras tanto, sigue esperando un oído que escuche y una mano que acompañe. Jorgelina Herrera
Secretaria de Desarrollo Económico y Producción afirmó que «el ministro ha preferido concentrar su visita y su trabajo en algunos pocos amigos del poder, dejando de lado a los actores locales y a los productores que atraviesan la emergencia hídrica»
La paradoja es grotesca: la Provincia acaba de declarar la emergencia y el desastre agropecuario en el distrito, un reconocimiento tácito de la magnitud del problema. Y aun así, el ministro evitó mirar de frente a quienes lo padecen.
Desde el municipio remarcan que el contraste no es menor. Mientras la gestión local mantiene un diálogo constante con las entidades y tomó decisiones concretas —como la eliminación del libre deuda de tasas para las guías, impuesto de manera inconstitucional en tiempos de Ralinqueo, y la presentación de un proyecto para suprimir directamente esa tasa—, la Provincia eligió la foto fácil con amigos del poder.
El trasfondo político se deja ver con nitidez: para el gobierno bonaerense, parece merecer atención aquel que está alineado partidariamente; para el resto, silencio administrativo. La postal es clara: ministros que visitan a los propios, mientras productores y vecinos anegados se quedan sin respuesta.
Pero el comunicado municipal también desliza otra capa de discusión: no todo vale en nombre del progreso. La generación de empleo y el agregado de valor en la producción local son objetivos compartidos, pero deben darse bajo el respeto de las normas laborales, fiscales y de las buenas prácticas. Por eso, la Municipalidad ya intimó a un empresario que explota en beneficio propio un bien que pertenece a la comunidad. No hubo margen para la vista gorda: el caso fue elevado a la Justicia.
