

En 25 de Mayo, el próximo encuentro de las Glorias del TC no será solo una cita con la historia: será también el escenario donde un sueño de infancia, forjado entre motores y transmisiones televisivas de domingo, vuelva a rodar. Entre las joyas mecánicas de las décadas del ’60 al ’80, habrá una que capturará miradas y recuerdos: la réplica exacta de la Chevy negra LoJack de Marcos Di Palma, obra y orgullo de Jhonny Aguero.
El evento tendrá dos días de pura nostalgia. El viernes 29 de agosto, la Plaza Mitre se vestirá de historia con la exposición estática de los autos y una ceremonia en el Salón Municipal. El sábado 30, la emoción pasará al asfalto, con exhibiciones dinámicas sobre el acceso a la ciudad, en la intersección de la Ruta 51 y la Ruta 46, donde los motores volverán a sentir la adrenalina de una chicana. La entrada, simbólicamente, será un alimento no perecedero destinado al Hospital Unzué.
Jhonny, 38 años, recuerda que su vínculo con el TC empezó muy temprano: “Con siete u ocho años empecé a mirar TC y con 11 años ya discutía en la escuela defendiendo a Chevrolet. Me apasionaba. Siempre soñé con correr o, al menos, tener un auto de Turismo Carretera”. Ese sueño, aunque parecía lejano, tomó forma de manera casi improvisada.
Todo comenzó cuando un amigo, dueño de un auto original, lo invitó a sumarse a una fiesta del automovilismo en Balcarce, sobre la Ruta 26. La propuesta era tentadora: armarse una réplica de un histórico. Y Jhonny no dudó. En un plazo récord de apenas 25 días, entre horas robadas al descanso y un trabajo artesanal con ploteos y detalles minuciosos, nació su Chevy negra, espejo fiel de la que Marcos Di Palma hizo famosa.
“Cuando la llevé tenía esos miedos de si iba a gustar o no, y la verdad que tuvo mucha aprobación; No era solo un auto: era un emblema”, cuenta con una mezcla de orgullo y humildad. Esa aceptación lo empujó a seguir. Ahora, entre sus planes, está recrear otra leyenda: la Chevy de Don Roque.
En cada encuentro, Aguero no busca medallas ni trofeos. Busca miradas cómplices, charlas sobre viejas carreras y ese instante en el que un niño se le acerca para tocar la carrocería como si estuviera frente a un auto de película. “Cada vez que nos encontramos vuelvo a tener ocho años, Cada encuentro es una excusa para compartir.”, admite.
Cuando la réplica negra de Di Palma ruede por 25 de Mayo, no será solo un guiño a la memoria de los fanáticos del TC. Será, también, la confirmación de que los sueños de niño, con el tiempo y la pasión suficiente, pueden seguir sonando como un motor que no se apaga.
AGRADECIMIENTO ESPECIAL A JHONNY POR COMPARTIR IMAGENES DEL PROCESO DE ARMADO
