

Hoy me encontré leyendo la excelente nota de José Antonio Quarracino publicada por Diario El Censor, en donde muestra la época distópica que se está viviendo en la Argentina, y los corolarios que eso conlleva.
La nota fue un placer leerla pero me llamaron la atención los comentarios realizados por una persona llamada Silvia Estrella Vasallo, que según su perfil de Facebook es creadora digital.
En la nota titulada La Argentina patética de Javier Milei: colonia agrícola del gansterismo yanqui, comienza haciéndose una referencia una referencia a la política internacional, especialmente a la política de EE. UU., donde muestra que esta presidencia es muy diferente a la primera, es más lo muestra como una caricatura perversa de lo que fue en antaño, y se pregunta sobre el final por la relación entre Argentina y EE.UU.
El primer comentario que realiza esta persona es un tanto despectivo: “¿A quien le importa la opinión de este viejo meado?”, primero es una persona que con muchísimas expectativas y emociones encontradas realmente estudió una carrera que sirve para plantear determinadas visiones sobre la realidad sobre la que se puede coincidir o no, pero se debería plantear la disidencia con respeto.
Por supuesto, cuando Diario El Censor le marca esta observación sobre el expositor de la nota, lo trata de parásito del Estado, y, ya últimamente molesta bastante decir que catedráticos y estudiosos que en general han hecho libros y traducciones que nos han dejado sumamente bien ante el mundo, no son parásitos sino personas que están mal pagas.
Se puede tomar como referencia la traducción de la Crítica de la razón pura de Kant, hecha por Mario Caimi para la editorial Colihue, que en 2022 tuvo una reedición. La traigo a colación por que este libro de Kant, que tuvo dos ediciones en la Universidad de Köningsberg en Alemania salió publicada con dos prólogos distintos en 1781 y en 1787, Mario Caimi hizo una traducción con los dos prólogos en uno, por supuesto, esta traducción realizada en Argentina es usada de manera canónica en el mundo.
También me gustaría informar que una tradición, por lo general, ignorada hasta entrado el siglo XX, como lo es la Filosofía tardoantigua, que son pensadores que se encuentran entre el Siglo III d. C. y el Siglo VI d. C., empezó a ser tenida como materia oficial a partir de que en Argentina se han hecho traducciones de los textos en griego a diferentes idiomas, y se han mostrado la profundidad y riqueza de estos pensadores.
Otro comentario, que realiza esta persona, es que este pensador se dedica a algo que no le sirve a nadie, dice textualmente: “si necesito comida, el campesino la cultiva, nunca escuche a nadie decir CHE, COMO NECESITO FILOSOFÍA… y no es en torno a su persona, es en torno a su trabajo QUE NADIE NECESITA PERO TODOS PAGAMOS POR EL”, y se pregunta cuantas personas necesitan filosofía y cuantas personas necesitan alimento, a lo cual el Diario El Censor lo muestra como una falsa dicotomía, y esta persona responde: “Si que tiene que ver a este dilema, porque el sr empíricamente hablando es un inútil que tiene el tupé de criticar gente útil”.
En este momento cae en algo que el Sr. Presidente, Javier Milei, vive remarcando y vive realizando que es una falacia informal, que es la falacia ad hominem, es decir, es un tipo de pensamiento falaz que como no alcanza con rebatir los puntos de vista, se lo trata de denigrar al adversario.
Esta falacia es parte de un libro de estratagemas que realizó Schopenhauer al no poder asistir a un seminario que dictaba Hegel, y se llama El arte de tener razón.
Trayendo a cuenta historias personales que he tenido en la facultad como alumno tanto en clases, como en parciales y en finales, yo siempre he puesto mis disidencias con la lectura que los profesores hacen de determinados autores y siempre han sido a partir de encontrar diferentes supuestos en la obra y poder debatir esta postura.
Esta situación también la paso como adscripto a la materia Historia Social General, cuya titular es la profesora Irene Rodriguez, y en el practico que asisto tengo que dar una clase y a la cual invito a las personas que estén cursando que muestren sus diferentes puntos de vista.
En este señalamiento de este dilema, planteado con la falacia ad hominem, agrega esta persona: “Ah, tenés razón. Yo, con mi limitada comprensión de la alta filosofía, interpreté mal. Pensé que cuando alguien que jamás sembró una papa sugiere, aunque sea sutilmente, que el trabajo físico o rural es inferior, estaba haciendo una crítica a la gente útil. Pero claro, me olvidé de que si lo disfrazás con suficientes palabras abstractas, deja de ser soberbia y pasa a ser “pensamiento profundo”.
Gracias por la cátedra. A veces una necesita que le recuerden que pensar sobre lo que otros hacen es más valioso que hacerlo. Qué suerte que están los filósofos para explicar por qué la gente que te da de comer no es el eje de nada”.
En todo este planteo bastante endeble y, por cierto, irracional y falso, se muestra que hay un montón de datos bastantes abstractos, cuando la nota habla de geopolítica y de relaciones internacionales, aunque últimamente el gen argentino es que el Estado argentino no sirve para nada, es ineficiente y que solo sirve para albergar gente que lo único que hace es parasitar sin producir nada importante, le recuerdo que en otra área del CONICET se están realizando investigaciones en el profundidades marítimas jamás realizadas y que uno de los parásitos estatales que nos cuesta $5000000 de pesos por mes, que es el Gordo Dan, se encuentra en contra de esta investigación, porque no se pueden encontrar recursos naturales (cuando hasta ahora solo se encontraron invertebrados).
Cuando esta persona lee que se le marca que la nota es de geopolítica, aclara que nadie habla de soberanía, y propone un ejercicio jauretcheano: “cambiá el tono y mirá quien es el que produce, quien es el que piensa sobre lo que producen otros, y quien se cree con derecho a jerarquizar esos roles”.
Agrega después: “Como diría Rodolfo Kusch, “la filosofía europea piensa desde el ser, nosotros desde el estar””, y termina diciendo que solo trae un señalamiento a una vieja costumbre, el cual consiste en disfrazar el desprecio clasista con lenguaje elevado, y dice que en vez de geopolítica eso consiste en colonización mental con aires de profundidad.
Esto, por supuesto, es lo más absurdo de este soliloquio de comedia de enredos donde se muestra que desde la comodidad de una red social se puede mostrar todo un arsenal de insultos y de falacias contra las personas, sin debatir en las ideas.
En todo este escrito tuve como referencia un escrito de hace un tiempo de un colega Lisandro Pietro Femenia ¿Se volverá a poner de moda decir la verdad?, en la cual el autor se sitúa en la época de la pos-verdad, y yo respondí en un escrito llamado Verdad, donde planteaba que esta época de verdades relativas es tan vieja que viene del siglo V y del siglo IV a. C., donde tanto Sócrates como Platón se embarcaban en la búsqueda de conceptos universales, surgen un grupo de sabios que son llamados Sofistas y que son los primeros relativistas de los conceptos.
Protágoras establecía la homo mesura, es decir, que el hombre es la medida de lo que es y de lo que no es, y, otro de estos pensadores, Gorgias, plantea el primer acercamiento al nihilismo.
Es bueno recordar que en un diálogo platónico, que se encuentra entre los diálogos medios, Sócrates (que es el personaje principal de la mayoría de estos escritos), deja dos enseñanzas importantísimas: la primera, que la filosofía es el alimento del alma; y, la segunda, es que el ejercicio de la filosofía es la preparación para la muerte.
¿No será que lo que molesta sea que seamos finitos, y que nuestra propia finitud, que el transito en esta vida, en la que solo somos un suspiro entre dos nadas (la nada que vivimos antes de nacer, debido a que no recordamos nada de nuestra concepción y de nuestro habitar en el vientre de nuestra madre; y, la nada después de la muerte, porque nadie nos dice con un grado de certeza alto de si hay vida más allá o no) es lo que nos molesta y por eso necesitamos caer en la degradación y la denigración de lo que nos muestra nuestras falacias?
