

Por primera vez en Bragado, Tato Broda se prepara para subirse al escenario de Rincón Bragado el próximo sábado 2 de agosto. Dice que piensa quedarse “dos o tres días y dedicarse a comer”, pero detrás de esa frase ligera se percibe la curiosidad y la ansiedad genuina de quien disfruta descubrir ciudades nuevas.
Estará presente Tomas Bevacqua y Maxi Monico.
Broda presentará PICANT, un espectáculo de humor picante donde, según cuenta, “el público participa activamente”. Antes de que arranque el show, cada espectador recibe un papelito para escribir consignas de tono picaresco que él mismo leerá sobre el final:
“Ahí nos enteramos de que hay gente peor que uno”, bromea, con ese registro que juega siempre entre la ironía y la complicidad.
Lo suyo es stand up en su forma más pura. “El stand up es espectacular. Sin disfraz, sin escenografía, salimos al escenario a hacer un texto de nuestro puño y letra, presentados por nuestro propio nombre. Desnudez absoluta. Por algo no para de crecer, es 100% auténtico. Somos nosotros”.
Broda ve en este género una continuidad y también una transformación:
“Está íntimamente relacionado con el género monólogo, que tanto se profesó en estas tierras. Me gusta pensar el stand up como una evolución del clásico monólogo de café concert argentino. Una versión actual que muta todo el tiempo, en sintonía con la realidad”.
En su espectáculo, la realidad no solo aparece: se vuelve materia prima. A Tato le hace reír justamente eso, lo real. A veces, reconoce, alguien le dice que su humor es “fuerte” o “crudo”. Pero él responde sin dudar: “No es ni crudo ni fuerte, es real”.
Para explicar la esencia del stand up, cita una premisa del género:
“Se trata de hacer pesado lo liviano y liviano lo pesado. Hablar de algo terrible y trascendental como si fuese común y cotidiano. Y del mismo modo, quedarse sin papel higiénico puede sentirse como el fin del mundo”.
Broda calcula que PICANT dura entre una hora y una hora veinte, aunque aclara que el tiempo pasa distinto cuando el público acompaña. “El stand up es una cuestión de dientes. O te los muestran porque se ríen, o te los bajan porque no les gustó. Esperemos que acá me los muestren”, dice, y se ríe.
Habla de su vocación como quien recuerda algo que siempre estuvo ahí. “Es raro, se daban cuenta los que estaban alrededor, yo no. Yo creo que siempre disfruté de hacer reír, desde chico. Se empieza haciendo reír a la familia, y se termina hablando con un diario de Bragado”, resume, casi como un chiste.
Este sábado, Tato Broda promete no solo un show, sino también un espejo en el que el público pueda mirarse, reírse… y descubrir, como él dice, que siempre hay alguien “peor que uno”.
