

En Bragado, la pregunta retumba en cada café, cada comité y cada pasillo militante: ¿es posible reconstruir la unidad del peronismo? La respuesta, por ahora, se escribe en potencial, pero los movimientos empiezan a tomar forma.
Por un lado, aparece la figura de Eduardo “Lali” Gatica, un dirigente que, dicen muchos, hace tiempo viene conversando con distintos sectores y militantes. Su trayectoria muestra que, cuando decidió presentarse, logró respaldo y capacidad para sumar votos. Ahora, se lo ve referenciado políticamente con Julián Domínguez, un guiño que podría ordenar o ampliar su armado local.
En paralelo, el morenismo con su representación visible en Sebastián Pérez, apuesta hoy a un armado nuevo que encabeza Cristian Scallise, acompañado por Florencia Abad. Entre ambos, están consolidando la unión de Principios y Valores con el espacio Nuevo Peronismo, mientras mantienen la expectativa de un gesto del oficialismo: fuentes cercanas aseguran que esperan que el propio intendente convoque a una mesa de unidad. Este espacio creció mucho en el último año, y contiene varios referentes históricos, y podría incorporar varios dirigentes.
Sin embargo, si esa llamada no llega, advierten que armarán lista propia. En ese caso, destacan un gesto de grandeza y liderazgo por parte de Barenghi, que, dicen, que deberá estar dispuesto a dejar nombres de lado para priorizar el oficialismo y no cerrar las puertas al diálogo. En su caso, con un gobierno fuertemente desgastado en poco tiempo, la posibilidad de una interna, podría complicar fuertemente su posición, porque no seria descabellado que pierdan, teniendo en cuenta las encuestas. Esto haría que sea una situación histórica , y el peronismo viene rechinando los dientes posterior a las elecciones pasadas. Barenghi destruyó su imagen peronista, y encima el no va a ir de candidato.» La que mide es Emma» dicen desde el corazón del barenghismo, pero la desconoce bastante la gente, y una campaña donde se visualicen sus falencias, y el desastre que ocurre con la salud local, seria un golpe fuerte.
La tensión crece especialmente alrededor de un punto que para muchos militantes de base resulta innegociable: el posible protagonismo del hijo del intendente en la lista. Recuerdan que su espacio vecinal nació con un perfil antikirchnerista y de derecha, que pretendía diferenciarse buscando “algo nuevo” por fuera del peronismo. Para un sector importante del peronismo tradicional, aceptar su candidatura implicaría una contradicción difícil de digerir.
Mientras tanto, entre charlas reservadas y negociaciones incipientes, algunos ven que la tijera política que habilitaba las dobles candidaturas —y que en su momento alimentó la estrategia de Innovar— parece haber llegado a su fin. El peronismo local se encuentra, una vez más, ante la encrucijada histórica: buscar la unidad o multiplicar las listas.
El reloj avanza y las definiciones no tardarán en llegar. » Por ahora, queda una certeza: la unidad no será sólo cuestión de palabras, sino de voluntades reales para dejar nombres de lado y priorizar un proyecto colectivo que contenga a todos» afirmó un conocido militante
