
«SAD» en inglés significa triste, pero el acrónimo en español significa «Sociedades Anónimas Deportivas», formato asociativo que algunos sectores vinculados a la política insisten debe aplicarse a los clubes de nuestro fútbol, con nula aceptación entre los mismos, como ha quedado demostrado en las innumerables resoluciones de Asambleas de AFA y manifestaciones del Consejo Federal del Fútbol Argentino que nuclea a las Ligas y entidades del Interior.
Luego de la eliminación de Boca y River del Mundial de Clubes, el Presidente de la Nación, Javier Milei aprovechó la ocasión para publicar en su Instagram: «Un campeonato endeble de 30 equipos, sin competitividad, sin SAD, sin incentivos. No está a la altura del tremendo público argentino que llena todos los estadios del mundo».
El mito que se pretende instalar es que las SAD inyectan dinero y posibilitan competitividad, es un modelo difundido en Europa y EE.UU. La cual es ostensiblemente falso cuando se aportan datos.
EE.UU. adolece de grandes éxitos a nivel clubes, algunas Ligas de Campeones de CONCACAF y apenas una vieja Interamericana. 3 títulos en 62 ediciones de Concachampions, menos que Costa Rica que posee 6 títulos y aunque en el país centroaméricano se han permitido las SAD, los títulos de Saprisa (3) y Cartaginés (1) fueron obtenidos cuando aún eran clubes. Desde luego, las SAD no explican la falta de éxito del fútbol estadounidense, más bien está vinculado a que no gozaba de masividad popular, situación que viene cambiando en los últimos años.
En Europa se habla de 4 o 5 grandes Ligas, España, Inglaterra, Italia, Alemania y para algunos Francia. Con apenas 2 Champions, resulta exagerado colocar a la Liga Francesa entre las competitivas, más bien excepcionalmente algún club logra serlo como el PSG en las últimas ediciones.
La primer economía Europea es Alemania, donde el fútbol es el principal deporte. No sorprende entonces la competitividad histórica de al Bundesliga. Bien, Alemania no admite las SAD, al menos no las SAD puras. Los clubes deben estar controlados por los socios, permitiéndose que ingresen accionistas pero estos nunca pueden adquirir siquiera el 50%, puesto que el 50% + 1 debe ser sí o sí de los socios. La segunda economía Europea es el Reino Unido, donde sí se admiten las SAD, pero sólo son competitivos los clubes de Inglaterra (no así los de Escocia, Gales e Irlanda del Norte). Tercera queda la economía Francesa, de la que se cuentan escasos triunfos a nivel continental, se admiten SAD claramente, pero se necesitó una gigantesca inversión Qatarí para lograr una Champions League en lo que va del milenio, ausencia de éxitos más vinculada a que el fútbol no es el deporte más popular en Francia, lo que queda patente cuando se ven los problemas que tiene la Liga Francesa a la hora de capitalizar la venta de sus contenidos a la TV. La cuarta economía europea es Italia, también con SAD permitidas, el fútbol es pasión de multitudes y han sido siempre competitivos. Quinta aparece la economía española, donde se da la curiosidad que sus instituciones más laureadas ¡no son SAD! ¿y quién duda de la competitividad del Real Madrid y del Barcelona?
Las SAD en el fútbol consolidaron su presencia luego de que comenzaran a adoptarse como modelo en Inglaterra luego de la tragedia de Hillsborough de 1989, Francia fue uno de los primeros en sumarse regulando las SAD entre 1984 y 1989 pero la entrada de capital privado recién se inició en 2012, en España la Ley del Deporte las contempló a partir de 1990. La posibilidad se admitió en Italia tempranamente en 1981, pero la implementación plena empezó en 1996. Son relativamente recientes en el fútbol, no se necesitaron ni para el desarrollo, ni para la consolidación del «Deporte Rey» y la conversión de un «Club» a una «SAD» no garantiza ningún éxito.
Y si bien el fútbol europeo cambió en los ’90 esto no se debió al ingreso de las SAD, sino más bien a la mal llamada «Ley Bosman» que fue un caso judicial resuelto en 1995 por el «Tribunal de Justicia de la Unión Europea». Bosman era un jugador del club Lieja –Bélgica– que había finalizado su contrato y no aceptó una renovación, sin embargo en aquellos tiempos para pasar a jugar a otro club la cláusula de rescisión debía pagarse en su totalidad aún con el contrato vencido, lo que llevó al futbolista a demandar por su libertad de trabajo. ¿En que cambió esto al fútbol? Pues resulta que el Tribunal Europeo, además de fallar a favor dándole la libertad de contratar con otro club, ¡abolió el cupo de extranjeros!, desde entonces cualquier futbolista que cuenta con una nacionalidad europea, sin importar cual sea, no ocupa plaza de extranjero aunque se trate de otro país. En la última final, el PSG campeón apenas alineó 2 jugadores franceses en su 11 inicial y el Inter de Milán apenas 4 italianos. Para mostrar el impacto del caso Bosman en el fútbol europeo hay que marcar que previo al fallo los clubes de Italia e Inglaterra lideraban entre los más ganadores con 8 Champions cada uno, España completaba el podio con 7, el cuarto país más exitoso era Holanda con 6, más atrás aparecían con 4 conquistas Alemania, 3 Portugal, 1 Francia, Escocia, Rumania y Yugoslavia. Además habían tenido finalistas Grecia, Bélgica y Suiza. Después de implementado el fallo del Tribunal Europeo ¡sólo 1 club de fuera de las 5 grandes economías europeas logró el título! Fue el Porto en la temporada 2003/2004, y no sólo eso, resulta el único club de fuera de las 5 grandes economías que logró llegar a la final. En 30 ediciones posteriores al caso Bosman ¡59 finalistas y 29 campeones pertenecieron indefectiblemente a alguna de las 5 principales economías europeas! España obtuvo 12 títulos títulos, Inglaterra 7, Alemania e Italia 4, Portugal e Italia 1.
Ahora veamos de esos 30 títulos cuántos fueron obtenidos por SAD. ¡Apenas 11! Los restantes 19 pertenecen a clubes. Aquí el listado: Clubes campeones de Champions League con posterioridad al Caso Bosman:
– Real Madrid (9)
– Barcelona (4)
– Bayern Munich (3) es controlado en un 75,1% por sus socios.
– Juventus (1)
– Borussia Dortmund (1) es un caso especial, el 5,53% de las acciones es propiedad del club original, pero cotiza en bolsa de modo que el 59,93% es propiedad de múltiples accionistas, el mayor privado acumula apenas el 9,33% de modo que no tiene control de la entidad.
– Manchester United (1) hoy es propiedad de la familia Glazer, pero obtuvo su título en 1998-99, cuando aún era un club que permitía la participación privada, pero el control mayoritario era de los socios. SAD campeones de Champions League con posterioridad al Caso Bosman:
– Chelsea (2)
– Liverpool (2)
– Milan (2) -formato de Sociedad por Acciones, no es SAD pero se le asemeja-
– Manchester United (1) para 2007-2008 ya era propiedad de la familia Glazer.
– Manchester City (1)
– PSG (1)
– Inter de Milán (1) -formato de Sociedad por Acciones, no es SAD pero se le asemeja-
– Porto (1)
Es inapelable que el fútbol argentino a nivel clubes ha bajado en competitividad si se hace una comparación histórica. Paso de disputar el dominio de la Libertadores mano a mano con Uruguay, a estar a la sombra de Brasil.
Bastante tiene que ver con la Ley Bosman, a los argentinos mayormente nos resulta sencillo obtener alguna nacionalidad europea y eso ha hecho que los europeos puedan comprar futbolistas
nacidos en nuestro territorio prácticamente sin límite, porque no ocuparán plaza de extranjeros.
Aunque también con la economía. Tal como señala el expresidente de Banfield, Eduardo Spinosa en el medio DobleAmarilla: «Muchos comparan con Brasil. Pero si vamos a comparar, hagámoslo
completo. En los años 60, Argentina tenía el PBI más alto de Sudamérica. Hoy empata o queda por debajo del Estado de São Paulo. Lo extraordinario no es que cueste competir: es que con esta
economía, el fútbol argentino siga estando entre los más importantes del mundo».
Las SAD son la norma en Chile, que compite por el podio de la peor liga del continente (junto a Perú, Bolivia y Venezuela), y no le ha aportado competitividad (apenas 1 Sudamericana en el palmarés) y de aportar competitividad nada, recordemos que el humilde Huachipato logró la hazaña de consagrarse campeón Chileno y automáticamente se desarmó el plantel, apenas logró el 3º puesto del grupo en la Libertadores y la transferencia a la Sudamericana en la que fue paseado por el Racing Club de Avellaneda con un global de 8-
1. Tampoco se muestran particularmente exitosas en Colombia, el último título mayor de los cafeteros fue la Copa Libertadores 2016 de Atlético Nacional, que por entonces era un club de los socios (es SAD desde fines de 2023). Y pese a su inserción en Uruguay desde 2001 ni siquiera han logrado un título nacional en un campeonato dominado por los clubes Nacional y Peñarol, pero también con logros de Danubio (club), Liverpool (club) y Defensor Sporting que recientemente se convirtió en una SAD, pero no lo era cuando ganó su última liga (2007/2008).
Resulta un insulto a la razón el mito que el señor Presidente pretende instalar respecto a que las SAD harían competitivo el fútbol argentino.
¡Es la economía! (Clinton dixit), si se habilitara la inversión de los privados estos aportaría para ganar –no hacen caridad– y no resuelve los problemas de monetización del fútbol nacional: no aumenta el volumen de entradas vendidas, ni tampoco la comercialización del fútbol por TV (de 15 millones de hogares sólo 1,8 millones pagan el «pack fútbol» a pesar de su precio accesible de $13.700), ni tampoco la venta de camisetas u artículos de las tiendas oficiales, ni mejorará los ingresos que se perciben por sponsors en camisetas y/o publicidad estática. Con SAD o sin SAD si no se resuelven los problemas macroeconómicos, el fútbol argentino sólo podrá ser competitivo de milagro, un milagro que hasta ahora es posibilitado por el aporte de los socios a instituciones centenarias.
Señor Presidente, es hora de demostrar que sabe de economía. Con 16.500 PYMES cerradas en 2024 (según informa el Frente Productivo Nacional), una caída del 13,2% en ventas del comercio de las PYMES (según la CAME), con una economía que padece tales niveles de recesión que hasta el campo ingresa en crisis de rentabilidad, la competitividad del fútbol es el menor de los temas de los que debiera ocuparse un Presidente de la Nación. Ocúpese de devolverle la competitividad a la Industria y al Campo argentinos, que si pone a andar el carro los melones se van a acomodar solos.