

Cada 25 de junio se conmemora el día del psicólogo social, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el rol de quienes trabajamos con los lazos que las personas construyen entre sí, con su entorno y con la realidad que los atraviesa.
En un contexto social atravesado por la desigualdad, la violencia, la fragmentación y la urgencia, la intervención del psicólogo social se vuelve cada vez más necesaria.
Porque el sufrimiento psíquico no ocurre en el vacío, sino que se inscribe en una trama social. Y justamente ahí en esa complejidad, donde intervenimos en los vínculos los grupos y las comunidades.
El psicólogo social diseña y coordina espacios grupales que favorecen el diálogo, la expresión, el análisis Y la transformación. Acompaña procesos en instituciones educativas, organizaciones comunitarias, espacios de salud, ámbitos familiares y barriales. Su tarea se orienta a promover la salud mental colectiva, la inclusión, la participación y el fortalecimiento del lazo social.
Lejos de una mirada individualista o meramente asistencial, nuestra intervención busca habilitar la palabra, abrir caminos de reflexión y crear condiciones para el cambio. Escuchamos los malestares que emergen en lo cotidiano y trabajamos para que no se vuelvan destino. Nos implicamos con ética, compromiso y creatividad, por qué creemos que todo vínculo puede ser transformado.
Hoy, más que nunca, la sociedad necesita de miradas sensibles, formadas y comprometidas, que puedan leer lo que pasa en profundidad y actuar con humanidad. Esa es, sin dudas, una de las principales tareas del psicólogo social.
En este día, celebramos no solo una profesión, sino una elección de vida el trabajar con otros para construir juntos una realidad más justa, más sana y humana.
“Aprender a pensar es aprender a transformar la realidad” Enrique Pichón Reviere
Viviana Rimasa , Psicóloga Social
