

Jesucristo no burló las leyes: las cumplió con una fidelidad radical
En días recientes, el sacerdote conocido como “el cura Paco” pronunció una frase que, aunque tal vez bienintencionada, resulta profundamente errónea y teológicamente insostenible: “Jesucristo burló todas las leyes”. La afirmación no solo distorsiona el mensaje del Evangelio, sino que también puede inducir a confusión grave entre los fieles que buscan en Cristo un modelo de verdad, justicia y obediencia amorosa al Padre. Estaba mirando un programa de tv, donde debaten las distintas personalidades políticas. El cura había tenido una discusión muy subida de tono con Leila Gianni, que tiene más que ver con las ideas del Mileismo. Le dijo ; » Basura», eso había sido días atrás del debate en la tv, cuándo la mujer abogada se encontraba recorriendo el conurbano, en la zona donde el sacerdote católico tiene influencia, etc. En medio del programa de tv, le pidió disculpas, aunque la discusión siguió.
Quiero dejar claro que no me interesa centrarme en la actividad que tiene este sacerdote, ni las decisiones que toma en su vida diaria, ni como lleva adelante sus actividades religiosas, no me interesa cuestionar su rol dentro de una de las religiones mas grandes del mundo, ni tampoco quiero cuestionar las intenciones del catolicismo para crear a lo largo y ancho el globo, por las cuales crearon doctrinas de 3ra posición para tener sus vínculos con esos Estados. Simplemente es la frase, el pensamiento, etc, que quiere dejar en descubierto como una verdad.
Conviene aclararlo con precisión: Jesucristo no burló la ley.
La cumplió en su totalidad. No vino a abolirla, sino a llevarla a su plenitud, como Él mismo lo afirma con total claridad en el Evangelio según San Mateo: “No piensen que he venido para abolir la Ley o los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5,17). Esta declaración, una de las más contundentes de todo el Sermón del Monte, deja sin base cualquier interpretación que insinúe a Cristo como un transgresor o un burlador de la ley. Es cierto que Jesús confrontó a los fariseos, a los doctores de la ley y a ciertas prácticas legalistas. Pero no por desprecio a la ley en sí, sino por el uso hipócrita y cerrado que algunos hacían de ella. Su combate no era contra la ley de Moisés, sino contra la manipulación que ocultaba su espíritu. Lo que Jesús denuncia es la instrumentalización de la norma para oprimir, excluir o justificar el pecado. En otras palabras: no cuestiona el marco legal dado por Dios, sino su tergiversación humana. Decir que Cristo “burló” la ley es prestarle a Jesús un carácter de subversión anárquica que no se corresponde con su identidad mesiánica. Es presentarlo casi como un provocador sin reglas, cuando en realidad fue el cumplimiento viviente de la voluntad del Padre. Fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Flp 2,8). Su misión no fue destruir estructuras por mero desacato, sino transformar desde dentro, con misericordia y verdad, sin caer jamás en el relativismo o la ilegalidad. Hay, además, una cuestión pastoral y social urgente. En una época en que la figura de Jesús es fácilmente usada para justificar rupturas, desobediencias o rebeldías ideológicas, resulta especialmente irresponsable reducir su legado a una frase ambigua y chocante como “burló todas las leyes”. No solo es falso: es peligrosamente simplificador. La ley que Jesús encarna no es la del poder ni la del formalismo. Es la ley del amor, que no anula los mandamientos, sino que los revela en su esencia más profunda. Un amor que no desconoce la justicia ni promueve la anarquía. Un amor que no burla: revela, cuestiona, exige y transforma. Quienes tienen el privilegio y la responsabilidad de predicar desde el altar no pueden permitirse licencias lingüísticas que diluyan la verdad. Porque la Palabra no es un eslogan. Es Verbo encarnado. Y ese Verbo no vino a burlarse de la ley, sino a enseñarnos a cumplirla desde el corazón. El propio Cristo dejó claro que si alguien
Mateo 5,17-18
“No piensen que he venido para abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni una letra ni una coma de la Ley dejará de cumplirse hasta que todo se realice.” 5:19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
Gálatas 4,4
“Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley.”
Romanos 10,4
“Porque el fin de la Ley es Cristo, para justificación de todo el que cree.”
Filipenses 2,8
“Y se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Marcos 2,27
“El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.”

Hereje defensor de terroristas palestinos.