
La frase fue tan brutal como clara:
“Tener un hijo con discapacidad es un problema de las familias.” La pronunció Diego Spagnuolo, actual titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), sin pestañear. La dijo en público. No fue un error, ni una interpretación tirada de los pelos. Fue una afirmación ideológica. Un posicionamiento. Una política en sí misma.
Y en este marco, llama la atención —por no decir indigna profundamente— el silencio absoluto de César Muñoz, actual Director Nacional de Políticas y Regulación de Servicios dentro de la misma Agencia.
¿Dónde está Muñoz? ¿Cómo justifica esta frase? ¿O no tiene nada que decir? ¿Quién es Diego Spagnuolo?
Spagnuolo es un abogado sin antecedentes en discapacidad ni en gestión social, cuya principal habilidad parece ser la obediencia partidaria.
Fue designado por el gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023 y responde a la línea interna de Karina Milei y el riñón libertario más duro.
Su gestión al frente de la ANDIS viene marcada por la desfinanciación de programas, la baja de pensiones, y un discurso cruelmente meritocrático que desplaza del centro de la política pública a las personas con discapacidad para poner el foco en “la carga familiar”.
¿Y César Muñoz?
César Muñoz es bragadense. Se presenta como un técnico. Pero su recorrido político es todo menos neutral. Ingresó a la ANDIS en 2020 durante el gobierno de Alberto Fernández, bajo la órbita del Frente de Todos, como Director de Rehabilitación. Fue promovido más tarde como Director de Políticas y Regulación de Servicios. Pero lo sorprendente no es que haya sobrevivido al recambio de gobierno. Lo sorprendente es su docilidad funcional, su capacidad de adaptarse a lo que sea con tal de conservar el cargo.
Porque antes de eso, también había trabajado en el gobierno de María Eugenia Vidal en Provincia de Buenos Aires, integrando espacios técnicos ligados al Ministerio de Desarrollo Social.
Muñoz parece cómodo con todos los sellos partidarios, siempre que lo dejen seguir dentro del organigrama del Estado.
Cuando el silencio es complicidad
Frente a las declaraciones de Spagnuolo, Muñoz eligió el camino del mutismo total.
No una aclaración. No una toma de distancia. No una defensa del colectivo con el que trabaja.
¿Y entonces? ¿Cuál es su rol? ¿Regula servicios o regula su propio silencio para que no lo saquen?
¿Es un defensor de derechos o un burócrata obediente que prefiere no molestar a sus jefes?
Porque lo que está en juego no es un debate técnico. Lo que está en juego es la dignidad de miles de personas con discapacidad.
Es el modelo de país que estamos construyendo. Es el mensaje que se le da a las familias, a los chicos, a quienes hoy se sienten abandonados por el mismo Estado que debería protegerlos.