
Fue un 25 de Mayo distinto. O tal vez fue como deben ser estas fechas: llenas de emoción, de historia viva, de identidad compartida. Ramiro Egüen, intendente de 25 de Mayo, lo vivió como vecino y como servidor público. Caminó entre la gente, aplaudió a los chicos de las escuelas, saludó a los paisanos que hicieron vibrar el suelo con sus caballos y sintió algo profundo cuando vio marchar a los trabajadores municipales.
“Hoy vivimos una jornada profundamente emotiva”, dijo. Y se notaba que lo decía desde un lugar sincero. El desfile cívico reunió a instituciones educativas, sociales, culturales y de seguridad. Una postal del esfuerzo diario, del tejido comunitario que sostiene a dicho pueblo. Fue una fiesta, sí, pero también un espejo del presente que estamos construyendo entre todos.
Después llegó el turno del desfile criollo. Allí estaban, como cada año, los gauchos y paisanos que no solo desfilan: representan. Llevan en su andar las raíces que nos definen, las tradiciones que no queremos perder. En cada saludo, en cada paso firme, se sentía el orgullo de ser parte de esta tierra.
Pero hubo un momento que lo conmovió especialmente. Fue cuando pasaron los trabajadores municipales. “Me emocionó profundamente verlos desfilar”, contó Egüen. Y no es para menos: son quienes hacen que todo funcione, muchas veces en silencio, desde la ciudad cabecera hasta cada rincón del interior. Marcharon con la frente en alto, acompañados por los nuevos vehículos que incorporó el municipio gracias a una gestión —según expresó el intendente— “responsable y transparente”.
“A los empleados, gracias por su compromiso y esfuerzo incansable. Hoy, como intendente y como vecino, sentí que este 25 de Mayo nos unió más quenunca”, afirmó..
Y cerró con un mensaje que no necesita muchas vueltas: “La patria se construye con hechos, con unión, con respeto y con amor por lo que hacemos. Sigamos caminando juntos, con orgullo y esperanza. ¡Feliz Día de la Patria!”