
Sabrina Gulino, concejal suplente de La Libertad Avanza, desató una tormenta, al denunciar irregularidades en la asunción de un concejal interino, y lo que es aún más explosivo; acusar a su propio partido de traicionarla y negociar con el intendente Sergio Barenghi, de Unión por la Patria. ¿Estamos ante un caso de corrupción o simplemente un error administrativo? Lo que sí es seguro es que el Concejo Deliberante está dividido, y las tensiones políticas están a flor de piel.
Todo comenzó el 3 de abril de 2025, durante una sesión ordinaria del Concejo Deliberante. La concejal Daniela Monzón, de La Libertad Avanza, solicitó una licencia por 48 horas, lo que, según el Artículo 88 del Decreto-Ley 6769/58 (Ley Orgánica de las Municipalidades), debería haber permitido a Sabrina Gulino, tercera en la lista, asumir interinamente. Sin embargo, en un giro que dejó a todos boquiabiertos, fue Maximiliano Moragas, cuarto en la lista, quien ocupó la banca.
Gulino no se quedó de brazos cruzados. Al día siguiente, presentó una nota formal reclamando su derecho a asumir. Para rematar, radicó una denuncia penal en la ciudad de Mercedes, exigiendo la nulidad de la sesión y de la asunción de Moragas.
Esta acción desencadenó una reacción en cadena: el 14 de abril, en una sesión especial, el Concejo Deliberante decidió anular por completo la sesión del 3 de abril, reconociendo la irregularidad.
Cuatro concejales de la oposición, incluyendo a la controvertida Marita Gelitti, decidieron no participar en esta sesión especial, argumentando que la sesión anulada era legal y que los proyectos aprobados no debían ser invalidados.
Ante este caos, hoy el Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) de la Provincia de Buenos Aires decidió incorporar la denuncia de Gulino al estudio de las cuentas municipales del ejercicio 2025, según lo resuelto en su Acuerdo N° 15. Esto significa que el caso no solo es un problema interno del Concejo, sino que ahora está bajo la lupa de un organismo de control externo.
Podrían venir sanciones e incluso un Sumario de Responsabilidad contra los funcionarios involucrados.
Marita Gelitti, concejal de la oposición, ha sido una de las figuras más criticadas en este caso. Durante la sesión especial del 14 de abril, Gelitti y otros tres concejales se retiraron, argumentando que la asunción irregular de Moragas no invalidaba los proyectos aprobados. «Estamos echando querosén al fuego», declaró Gelitti, defendiendo la validez de la sesión anulada
Este escándalo no solo ha dividido al Concejo Deliberante, sino que ha generado una ola de desconfianza entre la ciudadanía. «¿En quién podemos confiar si ni siquiera respetan las leyes básicas?», pregunta una vecina durante una entrevista informal. La denuncia de Gulino, además, ha puesto en evidencia las tensiones dentro de La Libertad Avanza, un partido que llegó al poder prometiendo transparencia y ahora se ve envuelto en acusaciones de traición y pactos ocultos.
La postura de Gelitti y la oposición ha sido vista como un intento de proteger intereses partidarios, lo que podría tener consecuencias electorales en el futuro. Mientras tanto, los ciudadanos exigen respuestas claras y una gestión más transparente.