
Bragado – La Municipalidad lo anunció con bombos y platillos: una nueva obra vial para mejorar
el acceso a Irala. Sin embargo, una recorrida por el lugar alcanza para confirmar lo que ya es un
patrón repetido: promesas que se desvanecen con la primera lluvia.
Lo que debía ser una mejora sustancial del camino, se reduce a poco más de 100 o 150 metros de piedra,
diseminada sin criterio alguno y, como era previsible, arrastrada por el agua a los pocos días. Hoy, ni rastro
de esa “obra”. Una vez más, lo que se presentó como avance, no es más que maquillaje. Un simulacro para
la foto, sin planificación, sin control y, sobre todo, sin respeto por la gente.
Desde este medio exigimos que los concejales del Honorable Concejo Deliberante se hagan eco de esta
situación. Es imperioso que se solicite un informe detallado sobre los gastos proyectados y ejecutados
en esta obra. Si se detectan irregularidades, corresponde una conferencia de prensa para repudiar
públicamente la actitud del Departamento Ejecutivo.
La ciudadanía merece saber en qué se está gastando su dinero.
En lugar de soluciones reales, se recurre una vez más al marketing político. Suben las tasas, pero los caminos
rurales siguen siendo un desastre. ¿Hasta cuándo se va a seguir subestimando a los vecinos? ¿Hasta cuándo se va
a ignorar al productor rural que necesita transitar?
¿Hasta cuándo se va a mentir descaradamente?
Pedirle a la gente que no circule no es una solución.
Proponer “alternativas” inexistentes, tampoco.
Esto no es gestión, es abandono. Se sacaron una foto todos los funcionarios, como hacen siempre,
hasta lo llevaron al cuestionado German Marini para la mímica.
Bragado necesita dirigentes que respeten al contribuyente, que rindan cuentas y que gestionen con seriedad. Basta de shows, basta de obras fantasma, basta de jugar con la paciencia de una población que ya no cree en las promesas, porque las promesas, cuando no se cumplen, se convierten en una burla.
Desde nuestro medio repudiamos profundamente este nuevo acto de desprecio hacia el campo y hacia cada ciudadano que sostiene con su esfuerzo el funcionamiento del Estado municipal.