

Qué difícil debe ser militar en Las Fuerzas del Cielo cuando el cielo está tan lleno de rayos internos. La Cuarta Sección, otrora tierra firme del karinismo más ortodoxo, hoy vive una telenovela libertaria donde los protagonistas se despiden por Twitter, se
nombran por WhatsApp y se desconfían por default.
En ese mar de egos y hashtags, apareció un espacio que parece tener los pies en la tierra: el Frente Liberal Bonaerense.
El escándalo del mes, porque siempre hay uno, se desató cuando Alberto Pascual —hasta hace cinco minutos titular del PAMI en Junín— cometió el pecado imperdonable de usar la botonera equivocada en redes sociales. Corrió a una militante cercana al célebre “Gordo Dan” y lo que vino después fue más predecible que el final de una serie de Polka: el tuitazo demoledor y la renuncia inmediata. Fin del ciclo. En su lugar llegó Joaquín Patricio Ojeda, un caputista con credencial recién impresa, que ahora representa a Las Fuerzas del Cielo en la región, aunque en la práctica todavía no se sabe si tiene más llegada territorial o seguidores en TikTok.
Mientras tanto, los karinistas se arrancan los pelos —algunos de preocupación, otros de despecho— por lo que interpretan como una embestida a traición del sector de Santiago Caputo. “Correr por
un posteo a un coordinador regional es demasiado”, lloriqueó un dirigente que responde a Sebastián Pareja, ese incansable tejedor de redes territoriales con vocación de pulpo.
Pero mientras los libertarios se entretienen con cuchillos largos y nombramientos exprés, un grupo de señores con nombre y apellido avanza sin escándalos, sin influencers y, sobre todo, sin hacer pape-
lones públicos. El Frente Liberal Bonaerense, lanzado en abril y comandado por Guillermo MacLoughlin y Gustavo Arabia, parece decidido a ser la expresión racional de un liberalismo que no necesita estar dentro de LLA para defender a Milei. Un detalle que, para muchos, es sinónimo de herejía; para otros, de estrategia.
Arabia, excandidato a intendente de Bragado y actual armador seccional, no ha sido bendecido con reuniones con los todopoderosos coordinadores libertarios. Quizás porque estos prefieren sentarse con estructuras tradicionales como el PRO, o con lo que queda del radicalismo, en vez de apostar por espacios nuevos con ideas claras. Raro, ¿no?
Mientras los otros se sacan selfies con enemigos internos, el Frente Liberal Bonaerense camina los municipios, habla con vecinos y, sobre todo, evita prenderse fuego en cada capítulo de esta tragicomedia libertaria. Puede que no tengan las bendiciones del Cielo, pero al menos parecen tener algo que escasea en el resto del espacio: sensatez.
Y eso, en estos tiempos, es un capital político inmenso. Aunque no venga con fotito viral.
