
Tokio, Japón. En una noche cargada de emoción, drama y coraje, el argentino Fernando «Puma» Martínez defendió con éxito su título mundial supermosca de la AMB al vencer por puntos al japonés Kazuto Ioka, en un combate que ya se inscribe entre las grandes guerras del año.
Fue una pelea brutal, un verdadero choque de estilos, generaciones y voluntades. El veterano Ioka, con la experiencia de quien ha sido campeón en cuatro categorías distintas, le hizo frente al empuje sudamericano con inteligencia y precisión. Pero el corazón del Puma fue más fuerte.
El punto más dramático llegó en el décimo round, cuando Martínez cayó a la lona, víctima de una derecha limpia y demoledora. El público japonés rugió, creyendo ver el principio del fin. Pero el argentino, como tantas veces, se levantó. Herido, pero no vencido. Sorprendiendo a todos, logró sobrevivir al asedio, recuperar el aire y cerrar los últimos asaltos con determinación y coraje.
Las tarjetas fueron un reflejo del combate: 115-112, 117-110 y 114-113, todas a favor del campeón. Mi propia tarjeta coincidió con la primera: 115-112 para el argentino, que demostró tener no solo técnica, sino una resistencia mental a prueba de todo.
No es la primera vez que Martínez sorprende en tierra japonesa: en julio del año pasado ya había vencido a Ioka en un fallo también ajustado. Pero esta vez la épica fue mayor. Cayó, se levantó, y se fue con el cinturón bajo el brazo.
Ahora, los fanáticos ya sueñan con una pelea que huele a choque de trenes: Martínez vs Jesse “Bam” Rodríguez, un cruce generacional y de estilos que podría definirse a finales de este 2025. Si algo dejó claro el Puma en esta noche inolvidable es que está listo para lo que venga.