
Hace unos años atrás en la Carrera de Filosofía se brindó un seminario de La Biblia y de los diferentes enigmas que puede presentar su lectura. Para concluir el seminario había que presentar una monografía, y la mía se trató de ver las personas del Antiguo Testamento, como el Apóstol Pablo las lee en Hebreos 11 y luego, que ocurre con estas personas cuando se viene el Apocalipsis.
En el principio elegí a dos personas del Antiguo Testamento: la primera de estas personas fue Abraham, quien fue llamado por Dios a dejar su posición cómoda y su confort, a vivir con su familia en tiendas de campaña y en el desierto.
La segunda de estas personas fue Noé, quien fue llamado por Dios a construir un arca cuando no había llovido, debido a que Dios iba a matar a todo los humanos que no se decidieran salvarse y arrepentirse, y este ejecución por parte de Dios se daría por un
diluvio.
Estos dos personajes están retratados en el libro de Génesis, el caso de Abraham, está retratado en Génesis entre los capítulos 12 a 25, donde muestra con minuciosos detalles la vida y todas las contradicciones que tuvo Abraham y como aun en todas las debilidades y la falta de fe, Dios lo sostuvo y acompañó.
El caso de Noé está retratado en Génesis entre los capítulos 6 a 11, donde también se muestra con mucho detalle y con mucha minuciosidad los contrastes entre el llamado que tuvo Noé y su familia, y la corrupción espiritual que los circundaba, por lo que con el diluvio además de la familia, entraron animales para poder salvar las especies y con la división de la tierra entre los hijos de Noé para poder poblarla.
Muchos años más tarde el Apóstol Pablo en su carta a los Hebreos, empieza definiendo la fe, cuando en Hebreos 11: 1- 3 afirma: “La fe es la certeza de lo que esperamos, la convicción de lo que vemos. Por ella los antiguos fueron aprobados. Por la fe entendemos que los mundos fueron formados por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho lo que se veía”, y empieza a mostrar como las personas elegidas fueron obedientes a las decisiones y a la órdenes que tenía Dios (vale recordar que muchos de ellos no vieron
cumplidas las promesas que hizo Dios, pero aun así fueron íntegros).
El caso a Abraham fue retratado en Hebreos 11: 17 – 19: “Cuando Abraham fue probado, por la fe ofreció a Isaac. El que había recibido las promesas estuvo a punto de ofrecer a su hijo único, habiéndosele dicho: “En Isaac tendrás descendientes en tu nombre”. Abraham
pensaba que Dios es poderoso para resucitar aun a los muertos. Por eso, en figura, volvió a recibir a Isaac”.
También en Hebreos 11: 7 – 12, Pablo retrata la fe de Noé, Abraham y Sara: “Por la fe Noé, advertido por Dios de cosas que aún no se veían, con santa reverencia construyó el arca para salvar a su familia. Por su fe condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la
justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado por Dios, obedeció para salir al lugar que había de recibir en herencia. Y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, y habitó en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa. Porque esperaba la ciudad con fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. También por la fe, la misma Sara, aun fuera de la edad, recibió vigor para ser madre, porque creyó que era fiel el que lo había prometido. Y de ese único hombre, ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, como la arena innumerable de la orilla del mar”.
A través de estos retratos de las personas, Pablo los presenta como Tipos ideales, como los plantea Max Weber en Ensayos sobre metodología sociológica: “Los “tipos ideales” son “cuadros conceptuales uniformes” del comportamiento de un fenómeno empíricamente observable en la realidad. Como “imputación” de consecuencia concretas a causas específicas”, y agrega, que llama “tipos ideales” a los modelos empíricos que describen una determinada homogeneidad, evidentemente, “ideal” del comportamiento de un fenómeno observable dado en su devenir histórico. Estos son una versión analítica e instrumental de ese fenómeno, son las “abstracciones” empíricas puras en un cuadro
coherente de determinación.
En el final, lo que muestra la construcción de estos tipo ideales como abstracción tanto analítica como instrumental, desde la cual las leyes universales a partir de las cuales se produce una configuración de la realidad.
Este final, que La Biblia define como Apocalipsis, se muestra la diferencia entre los que se comportan de acuerdo a los “tipos ideales”, aunque con todas sus contradicciones y con todos sus errores, con todas las flaquezas que se pueden tener son las personas que van a ser salvas, los que según se afirma son los que vivirán “en los nuevos cielos y en la nueva tierra”, y quienes vivirán en la eternidad sin los contratiempos de la vida.
Por otro lado, quienes se rebelen a seguir estos modelos son los que serán destruidos, los que serán destruidos en “el lago de azufre”, con lo cual se muestro el ideal normativo de la construcción de estos “tipos ideales” que muestran el camino a seguir, como guía hacia los
valores morales establecidos.
Los valores morales establecidos son como modelos hermenéuticos, como guía de comportamiento moral, para que figuren como regulaciones normativas, que intentan inculcar quienes son los buenos y salvos, y, quienes son los malos y castigados, para que se
constituya lo que Nietzsche muestra cuando dice que la diferencia entre los buenos y los malos, es que los buenos siempre somos nosotros.
En este contexto cuando las personas religiosas dicen que se aproxima el fin y que se aproxima la segunda venida de Cristo muestran lo que se convive con los tipos ideales son los que se acercan a la manera de vivir bajo los valores impuestos en estas cartas escritas por el Apóstol Pablo.
En todo esto se muestra, que el comportamiento ético – normativo de acuerdo a estos tipos ideales son las personas que se pueden salvar, y vivir en la eternidad por siempre.