
BRAGADO – El intendente Sergio Barenghi volvió a verse cara a cara con el gobernador Axel Kicillof y parte de su gabinete. La reunión, según relató en una entrevista publicada por Bragado Informa, giró nuevamente en torno a los mismos temas: obras pendientes, necesidad de maquinaria y cuestionamientos al gobierno nacional. Pero sin anuncios concretos ni fechas de ejecución a la vista, el tono empieza a parecer más electoral que de gestión. Desde este medio lo venimos advirtiendo. En una nota anterior, analizamos la cantidad de veces que Barenghi se mostró con el gobernador desde su asunción. El resultado fue contundente: reuniones frecuentes, promesas repetidas, y escasos resultados tangibles para Bragado. Esta nueva aparición confirma esa tendencia. “Tenemos obras pendientes aprobadas y necesitamos que el gobierno provincial nos envíe la plata para cordón cuneta, iluminación y mejorados en los barrios”, dijo Barenghi. El intendente también detalló que solicitó al gobierno bonaerense la provisión de equipamiento: “Solicitamos acompañamiento para la compra de una motoniveladora, un camión volcador y una retroexcavadora.”
Pero los reclamos —que no son nuevos— no vinieron acompañados de soluciones concretas ni plazos definidos. Mientras tanto, la gestión local se sostiene en la espera.
En la entrevista radial, Barenghi también aprovechó para cargar contra la administración de Javier Milei: “No es una cuestión ideológica, es una cuestión concreta de gestión. No se puede gobernar desde la teoría del mercado puro dejando a la gente sin respuestas.”
“Cuando se cortan los fondos no nos están castigando a nosotros: están castigando al vecino que necesita una calle, una sala, una ayuda.”
Lo paradójico es que mientras dirige sus críticas al gobierno nacional, el intendente se sigue mostrando alineado con la Provincia, aunque Bragado no logre capitalizar esas reuniones en mejoras reales. Ya lo dijimos en nuestra nota anterior: la cercanía con Kicillof parece ser más simbólica que efectiva.
Barenghi también buscó posicionarse desde un rol institucional: “Yo no estoy hablando desde un lugar partidario, estoy hablando desde el rol de intendente. A mí me eligió la gente para que gestione, no para que haga discursos ideológicos.” Sin embargo, su discurso refleja una construcción política alineada con el oficialismo bonaerense. Las fotos, las reuniones y las críticas unidireccionales a Nación parecen parte de un libreto que no apunta a resolver problemas inmediatos, sino a preparar el terreno electoral.
El intendente reconoció además la gravedad del escenario local: “Estamos viendo cada vez más personas que se acercan a pedir ayuda, incluso gente que antes tenía trabajo o algún ingreso fijo.”
“El hospital está funcionando, pero con muchas dificultades. El aumento en los costos de medicamentos, insumos y servicios nos está desbordando.”
El diagnóstico es certero, pero las acciones concretas siguen sin aparecer. El contraste entre la exposición mediática del intendente y la falta de resultados palpables alimenta la percepción de una gestión sin rumbo claro.
Mientras tanto, Bragado espera. Y cada vez que suena el nombre del gobernador en boca del intendente, la pregunta es la misma: ¿cuándo llegan las soluciones?