
En las últimas semanas se supo que la directora de cultura Fernanda Andujar , tomó la decisión de desarticular y disolver la orquesta local, que contiene muchos jóvenes y adolescentes. Posterior a la decisión, buscaron intentar colocar otro director, y armar otro equipo de trabajo para mostrar la intención de continuar con la banda musical, mientras que paralelamente salió en los medios a politizar la situación, alegando que Vicente Gatica tenía que informarse mejor, utilizando la palabra » perverso».
En aquel momento la ex directora de cultura Malena Católica, cruzó fuertemente la decisión destructiva del gobierno local, que por estas horas se olvidó de la política y mucho más de los vecinos, en lo que hace a los proyectos. En la mañana de hoy, en un escrito en sus redes sociales, Católica volvió al cruce por la temática, afirmando que José Luis Quarleri fue quién tomó la decisión de destruir la orquesta musical. El sec. de gobierno, quién resulta el principal sospechoso de la eliminación de María Villavicencio de la gestión, y de orquestar todos esos planes, ahora está en el centro de la polémica, por intervenir en las decisiones de la cultura, anulando el criterio de Fernanda Andujar, que por estas horas, pareciera no tener autonomía alguna en el rumbo de la cultura, y solo tiene que buscar salidas y soluciones a las ordenes, bien al estilo subordinación policial.
«Así estamos: la cultura manejada desde el desconocimiento y la improvisación. Pero también desde la desvalorización de quienes sí saben, sí trabajan, y sí construyen con compromiso verdadero» remató Cátolica
El escrito completo
La desesperación de la Municipalidad por anunciar con bombos y platillos al nuevo director de la Orquesta resulta, como mínimo, alarmante. La puesta en escena para intentar revertir el efecto negativo que generó el desmantelamiento del proyecto original es un manotazo de ahogado. Lo único concreto que se anunció fue un director y un coordinador que ni siquiera se conocen entre ellos. El nuevo director no ha tenido contacto con los profesores, no conoce el plantel, no existe aún una propuesta pedagógica clara, ni siquiera hay un proyecto definido. Entonces, ¿de qué orquesta estamos hablando?
Hoy por hoy, lo que existe es un esquema desarticulado. Se desarmó un proyecto que estaba consolidado, que crecía, que tenía identidad y futuro. Un espacio con potencial para incorporar más chicos, para formar nuevas generaciones. Todo eso fue desechado por el simple capricho de no pagar un mes más de honorarios. Y paradójicamente, ahora se terminará pagando más: se incorporó un profesor más, se contrató un coordinador para el director. En definitiva, una estructura nueva y más costosa, pero sin fundamentos ni rumbo claro.
Es importante aclarar también que el exdirector Juan Cuellas jamás exigió una “sarta de cosas”, como declaró recientemente la funcionaria a cargo. En diciembre presentó un proyecto para continuar y fortalecer la orquesta, que incluía necesidades materiales lógicas: un cuerpo de violas inexistente, instrumentos de viento y percusión necesarios para el crecimiento de una sinfónica. En ningún momento fue eso una condición para continuar. Lo único que solicitaron los profesores fue algo básico y razonable: compensar la pérdida salarial del año anterior, durante el cual trabajaron sin ningún tipo de actualización frente a una inflación del 200%. Pedían que se equiparara ese desfasaje con dos meses más de contrato. Además, la actividad comenzaba en febrero, con Cuellas trabajando en arreglos musicales que incluso dejó listos para el nuevo director.
La orquesta que dejó Juan Cuellas estaba completamente armada: con secciones sólidas de violines, chelos, contrabajos, clarinetes, flauta traversa y percusión. Lo que hoy se desmanteló no fue solo un equipo de trabajo, sino un proyecto con visión, con alma y con resultados concretos.
Desvincular a Juan y a los profesores que viajaban desde Buenos Aires por un simple capricho presupuestario fue injusto. Y todos sabemos que la intención de la directora de Cultura no era esta. Ella quería que el proyecto de Cuellas continuara. La decisión final la tomó el secretario de Gobierno. Un funcionario sin formación ni sensibilidad en materia cultural, que sin embargo terminó decidiendo el destino de uno de los proyectos más valiosos de la ciudad.
Así estamos: la cultura manejada desde el desconocimiento y la improvisación. Pero también desde la desvalorización de quienes sí saben, sí trabajan, y sí construyen con compromiso verdadero.