
La otra cara de la tormenta
Quedaron muchos daños en la ciudad, entre ellos casas caídas, techos volados.
Una familia pidió ayuda en desarrollo social, pero no le dieron respuesta alguna y lo expuso en redes sociales. Barenghi se había comprometido a recibir ayuda de ser necesario, pero ni una cosa ni la otra. Vicente Gatica y Eugenia Gil le propusieron ayudas que el mandatario local no aceptó hasta el momento, pero tampoco dan respuestas a los vecinos.
El jueves pasado, nuestra ciudad se vio conmocionada por la fuerte tormenta que arrasó con árboles, techos y la carpa que se estaba instalando en la pista de salud para el festejo de los egresados; ante todo lo malo que significó esta situación, pudimos destacar la unión en solidaridad de varios sectores del orden político ya que Vicente Gatica y Eugenia Gil se pusieron a disposición del intendente, y hasta se ofreció la sede de la Unión Cívica Radical para lo que fuera necesario.
Los días pasaron, todo aparentemente se fue acomodando (la vuelta de la energía eléctrica, los heridos dados de alta, limpieza de los árboles caídos y hasta nueva fecha para la fiesta de los egresados), pero en el día de hoy tomamos conocimiento de la situación de una familia en total vulnerabilidad por lo ocurrido, a quién es la tormenta destruyó por completo una parte de su vivienda; esta familia se hizo presente en el municipio solicitando asistencia a desarrollo social, se acercó una trabajadora social hasta el domicilio en cuestión, se recabaron los datos necesarios, pero hasta el momento no hubo respuestas.
Esto se da en un contexto donde, como lo describimos al principio, el ex intendente Vicente Gatica hizo público su ofrecimiento de ayuda al actual mandatario Sergio Barenghi, ayuda que esta familia en particular, no recibió; ante la no respuesta al angustiante problemática, todos nos preguntamos cómo es posible que no se haya brindado inmediata solución teniendo la posibilidad de unirse, o simplemente acceder a brindar ayuda en conjunto con otros partidos de nuestra localidad.
Hasta el cierre de nuestra redacción, y habiéndonos contactado con los damnificados, la extrema y dolorosa situación sigue igual.