Tras las últimas lluvias, los cultivos de maíz, girasol y trigo en las principales zonas agrícolas de Argentina muestran mejoras significativas en sus condiciones, con un avance en la siembra y expectativas de rendimiento para las cosechas por encima del promedio.
Para el caso del maíz, las labores de siembra que han avanzado un 28,9% de los 6,3 millones de hectáreas se estiman para este ciclo, lo que marca un incremento de 4,6 puntos porcentuales respecto a las estimaciones de semanas anteriores.
Por otro lado, en cuanto al girasol según estimaciones de las diferentes bolsas del país, ha experimentado el significativo avance de 21,9 puntos porcentuales, lo que cubrirá un 46,1% de los 1,95 millones de hectáreas proyectadas para la zona núcleo. Sin embargo, aún se observa que mantiene un leve atraso de 5,7 puntos si se compara con el promedio de este cultivo en los últimos cinco años. La mejora observada
en la oferta hídrica ha beneficiado la emergencia homogénea para este cultivo, especialmente en el norte y centro-sur, permitiendo que el 91% de la superficie sembrada se encuentre en condiciones de Normal a Excelente.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los cultivos mencionados cubrirán en total 35,85 millones de hectáreas, una suba del 2% versus el ciclo agrícola pasado. Vale recordar que el trigo y la cebada ya están sembrados y ahora se está implantando el maíz. En tanto, la producción 2024/2025 totalizará los 130 millones de toneladas, un salto del 2,6%.
Este panorama brinda un respiro a los productores tras los desafíos climáticos previos, pese a esto el sector agrícola argentino sigue de cerca la evolución de las lluvias para asegurar una temporada exitosa.
No todo es completamente optimista para los productores, para Ramiro Costa, jefe de Estudios Económicos de Bolsa de Cereales de Buenos Aires, “hay mucha cuestión climática por delante” para el resto de la campaña y recordó que los precios son los menores de los últimos cuatro años. En ese marco señaló, “se necesitan rindes más altos para cubrir los costos de producción y alcanzar el rendimiento de
indiferencia para no perder plata. Esto en un contexto donde la presión impositiva sigue alta”.
Por otra parte, Costa se refirió a un informe para la nueva campaña que reveló que un 95% del área maicera y soja mantendrá o disminuirá la tecnología, dado que, para salvar los costos, el esfuerzo que hay que hacer es muy alto, la inversión que debe hacerse es muy elevada a lo que los precios actuales no acompañan.
Refiriéndose a la totalidad de los cultivos, la soja ocupará el 53% de la superficie, el maíz y el trigo 17% cada uno, el girasol 6%, la cebada 4% y el sorgo 3%. Acá si podrán observase las variaciones anuales previstas en términos productivos, la soja crecerá un 9,8% en siembra, a 19 millones de hectáreas, y 3% en cosecha, a 52 millones de toneladas.
El maíz, por su parte, tras el impacto que ocasionó en el ciclo pasado la plaga de la chicharrita, retrocederá 20,3% en área para grano comercial, a 6,3 millones de hectáreas, y 5,1% en producción, mientras, el sorgo, capitalizará en parte la caída del maíz, subirá un 5,3% en superficie, a un millón de hectáreas, y saltará un 10% en producción. El girasol, en tanto, cubrirá 1,95 millones de hectáreas, un
crecimiento del 5,4% versus el año pasado, obteniendo una mejora del 11,1%. Mientras que el trigo, que ya está sembrado pronto a cosecharse, aportará, con 18,6 millones de toneladas, un 23,6% más de volumen versus el año pasado.