Como les contamos días atrás, de noche alguien camina por los techos de las casas
aledañas a la Escuela de Arte. Este personaje, se tomó muy en serio ciertas prácticas artísticas, sobre todo como ser equilibrista. ¡Porque hay que tener arte! Caminar a las 2 de la madrugada por los techos, una y otra vez con toda impunidad. Por ahora los vecinos solo están en alerta, a ninguno les faltó nada o al menos eso creen, pero sí lo cierto es que se descubrió su recorrido. Va desde la calle Quiroga, dobla por Alem para el lado de la Escuela de Arte y posterior se mete por una de las casas de enfrente a la escuela, haciendo muchísimo ruido. Mientras que los perros ladran como locos. La cuestión es que este sujeto, va en dirección a la calle Bransen, y de allí pega la vuelta por los frentes de las casas de la calle Alem, que según un “iluminado”, dijo que ese era el problema. Las casas contiguas. Parece que tendrán que derribarlas, que no pueden estar unas con otras pegadas, porque a este hombre le tienda saltar como un gato.
Es por eso que, a la vez, suponen que podría tratarse de “una pata de lana”, que suele
andar por las noches sintiendo la adrenalina del salto.– ¿Cómo que pata de lana?–
¡Sí!– Sí, si no es chorro –dijo una vecina –es pata de lana, menos mal que se lo
toma con humor.
“Lo más gracioso es que, si es el amante de una mujer casada, y noche por medio es
capaz de saltar por todos los techos de las casas del barrio para verla, puedo tener
esperanza de encontrar marido –que el amor no ha muerto– y que solo somos
nosotros, unos cuantos vecinos, que nos morimos de susto con esos ruidos en
medio de la noche” comentó una vecina “Lo que nos queda, es armarnos “nosotros”
con las herramientas que tengamos a mano, disponibles; algunos contrataran
alarmas, pondrán más cámaras de seguridad e incluso volveremos a tener un grupo de whatsapp entre vecinos. Quizás eso funcione como un paliativo, pero el problema seguirá estando si realmente no se toman las cosas en serio. La propiedad privada es
privada” remató la vecina
