Hace muchos años, en el año 1982, Sandra Mihanovich canta un tema compuesto por
Marilina Ross, que (de manera encubierta) relataba una historia de amor lésbica, este tema es Puerto Pollensa; un par de años más tarde, Sandra Mihanovich y Celeste Carballo sacaron un disco e hicieron un show que se llamó Mujer contra mujer, en el cual Sandra Mihanovich popularizó una traducción de un tema de Gloria Gaynor, Soy lo que soy.
También se puede ver que en 1981, vino Queen a la Argentina, haciendo un megashow en el estadio de Velez, donde se nos trae la estética gay de Studio 54, de hecho Freddie Mercury fue a ver al presidente, que en ese momento era de facto, llevando la estética gay de Studio 54, la gran discoteca gay de New York (EE. UU.).
En la Argentina, en los ’80 hubo un grupo de música pop que se llamó Virus, liderado por los hermanos Moura, que pusieron en escena la estética gay, y que hicieron temas, como por ejemplo, sin disfraz, en el cual el cantante, Federico Moura, dice abiertamente y de manera poética que es homosexual, cuando canta: “en taxi voy, hotel Savoy y bailamos”.
Hago este planteo inicial para recordar que el sábado 2/11 se realizó en CABA la 33º
Marcha del Orgullo Gay, que en un contexto como el que está atravesando políticamente la Argentina, adquiere una gran dimensión de sostener y de seguir peleando.
Estas marchas surgieron para empezar a percatarse de que no hay que seguir visibilizando las demandas de las minorías, las necesidades que tiene estas personas, sobre todo en contexto como este, en los que los discursos basados en libertad son explicados con metáforas un tanto morbosas, como por ejemplo, cuando al presidente Javier Milei dijo ante la pregunta sobre el matrimonio entre personas de mismo sexo, “que si una persona quiere tener sexo con un elefante, a mí que me importa, si la relación es consentida entre la persona y el elefante”, en otra entrevista la ex canciller Diana Mondino, dijo “a mí no me molesta la vida privada y la elección privada de una persona, si una persona elige estar sucia, sin bañarse y llena de piojos, es la elección de una persona”, el biógrafo del presidente, Nicolás Márquez, en una entrevista con Ernesto Tenembaum en su programa radial “¿Y ahora quien podrá ayudarnos?”, dijo que los homosexuales son invertidos, que son propensos a la autodestrucción, y que viven 25 años menos que las personas (supuestamente) “normales”.
Estos discursos, actualmente denominados “discursos de odio”, están calando en la
sociedad más allá de lo político, y obligó al presidente de la Fundación SI, Manuel Lozano, a repudiar los dichos de Nicolás Márquez en el programa de Andy Kustnesoff, con una carta personal y muy hermosa, de corte estrictamente personal, contando su experiencia de vida, y los maltratos y destratos que tuvo que pasar de adolescente.
Al otro día en el programa de Andy Kustnesoff, estuvieron presentes Ernesto Tenembaum, Manuel Lozano, y otros periodistas, analizando la carta pública que se había leído el día anterior, y repudiando los dichos de Nicolás Márquez.
Cuando veo este contexto actual que puede mostrarse como opresivo, es casi similar al
contexto que Sartre escribió El Ser y la Nada, en 1943, en los cafés de los barrios de
intelectuales, sobre todo en la calle Montparnasse.
En este libro hay un capítulo que se denomina “La Mala Fe”, que la define como el
fenómeno que desarrolla el ser en el mundo entendido como un proyecto de ser, o sea, es lo que es y define al hombre por sus actos, cuando el ser humano niega su libertad absoluta, y en cambio elige comportarse como un objeto inerte: “cosificarse”. Este concepto está íntimamente ligado a la noción del autoengaño, pero no es peyorativo, sino una actitud que el hombre desarrolla de forma natural en sociedad y para con él mismo.
Sartre comienza diciendo: “El ser humano no es solamente el ser por el cual se develan
nagatidades en el mundo; es también aquel que puede tomar actitudes negativas respecto de sí”, y luego define la conciencia: “un ser para el cual en su ser es cuestión de su ser en tanto que este ser implica un ser otro que él mismo”.
Más adelante agrega que la Mala Fe consiste en que una persona dirige su negación hacia afuera y que le vuelva a sí misma y la asocia a la mentira; agrega, que una persona que da muestras de mala fe se miente a sí misma, y cuando una persona se miente, no se miente por ignorancia sino por tener una verdad oculta.
En este contexto a los homosexuales, Sartre dice que lo denominan pederasta donde es interpelado por “un campeón de la sinceridad”, una persona heterosexual, y agrega: “el homosexual reconoce sus faltas pero lucha con todas sus fuerzas contra la aplastante perspectiva de que sus errores le constituyan un destino. No quiere dejarse de considerar como una cosa; tiene la oscura y fuerte comprensión de que un homosexual no es homosexual, como esta mesa es mesa o como este pelirrojo es pelirrojo. Le parece escapar a todo error una vez que pone el error y lo reconoce; más aún: que la curación psíquica, por sí misma, lo lava de cada falta, le constituye un porvenir indeterminado, lo hace como renacer de nuevo”, Sartre al usar la palabra pederasta está viendo que en sistemas opresivos al disidente, al homosexual, lo toman por un degenerado.
En estos momentos donde las palabras agresivas brotan desde las redes sociales de los
poderes gubernamentales hacia la población, y este maltrato se vislumbra en todos lados.
En el libro Historia de la homosexualidad en Argentina, Osvaldo Bazán relata que si un chico judío lo agreden en la calle, cuando vuelve a su casa y le cuenta a sus padres, estos lo ayudan a superar el trauma, o sea, se conmueven con el agredido; si un chico negro es agredido en la calle, cuando vuelve a su casa y se lo cuenta a sus padres, estos lo ayudan a superar el trauma, o sea, también se conmueven con el agredido; pero, cuando un chico gay es agredido en la calle, vuelve a su casa, y los padres lo retan, y se ponen del lado del agresor. Así se vive en general lo que debe ser privado y una elección de vida privada.
Si estamos en gobiernos que hacen muchísimo culto al ámbito privado (de hecho le
condonan deudas a privados que debemos pagar con nuestros impuestos) porque invadir la elección, las ganas de vivir de una manera y que debería ser respetada.
En estos contextos donde se reiteran discursos antiguos que se creían superados, que se creían, por lo menos, erradicados, y que todo tipo de concientización (como puede ser la ESI), es reemplazado con técnicas antiquísimas, vetustas, que ha causado muchísimo dolor en las familias y también en la sociedad.