La conductora de un auto Citroën, se despistó y terminó dentro de un monte en Ruta 5, en la mañana del lunes 4 –entre Mechita y Alberti –y el pasado sábado, un auto Renault Duster volcó en el cruce de la ruta Provincial 46 y la 65.
¿Los despistes se tratan de un mal manejo automovilístico? ¿La culpa es de las carreteras que están rotas o quedaron obsoletas? ¿o es qué acaso nos manejamos mal, tanto desde la política pública como desde la política privada?
No me cansaré de repetir, cosechamos lo que sembramos, tenemos una sociedad que le importa poco y nada ciertas cosas, que no tiene responsabilidad y la libertad –que disfruta– es una auténtico liberalismo, que luego paradójicamente niega a la hora de darle nombre consciente, cuando en realidad vive dentro de un liberalismo encubierto — es decir, hacen lo que se les canta…
–Volvía el domingo de la laguna, agarramos con el auto por el acceso principal de la ciudad y la mayoría de los conductores — de autos, motos, camionetas– se saltaban el control de tránsito. Una calle antes de donde estaban parando, doblaban para que no los parará la policía. –Todo un circo–. Un circo legal con animales. Aunque la verdad, no sé si llamar animales a los seres humanos, no quiero insultar a los animales, que he visto cómo aprenden, como no pasan dos veces por un mismo pozo.
En cambio nosotros, aquí estamos en el pozo de siempre, sufriendo las consecuencias una y otra vez; llorando por los seres queridos que perdemos por los accidentes de tránsito y puteando por el tráfico, cuando se genera un embotellamiento en las principales vías de acceso a un pueblo, ciudad, incluso a la Capital Federal. Evidentemente, tiene que ser un superdotado el que venga aplicar una política
pública eficiente en esta área, pero no se sonría mucho, pues esto nos atañe a todos los gansos que estamos siendo cocinados día a día en el horno de la vida. A algunos nos guisan por indiferentes, por liberales, por irresponsables, por corruptos, por necios, por inconscientes.
Algunos creen –pobrecitos– que este tema no les afectará, que no los salpicara; a ellos o a sus propias familias, pero lo cierto es que estamos jugando a la ruleta rusa. Sin ir más lejos, hace tres días un coche en cadena en pleno Centro. ¡Choque en cadena! El buen manejo se ha vuelto un arte extravagante, exótico y difícil de hallar