
La oratoria como herramienta de comunicación es todo un arte, sin embargo para algunas personas no solamente se convierte en un aprendizaje del “saber decir”, sino que es un desafío profundo. En la película británica del 2010, “El discurso del rey” aborda como un hombre tiene que superar un problema, arrastrado desde la niñez — Tartamudez– pero, ¿qué es la tartamudez? Generalmente la conocemos como disfernia o disfluencia del habla. Un trastorno que tiene como característica la interrupción involuntaria al hablar y acto seguido, trae miedo, estrés, tensión muscular en la cara y el cuello. La causa específica no se ha encontrado aún, pero diversos estudios demuestran que es en un 80% hereditaria y en un 20% de origen bioneurológico. Entre los dos y los cuatro años comienza a hacerse visible, pero puede confundirse con las dificultades que tienen los niños en esa etapa. Según estadísticas, tan solo uno de cada veinte niños llega a tartamudear y un gran número de ellos logran superar el trastorno durante la adolescencia. Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan quienes tartamudean es al cuestionamiento sobre su inteligencia, habilidad emocional y burla, generándoles efectos negativos a nivel psicológico y llevándolos a aislarse socialmente. Desde 1998, cada 22 de octubre se celebra el Día Mundial de la Conciencia del Tartamudeo. Al conmemorar esta fecha se pretende crear conciencia social para eliminar la discriminación y promover oportunidades para aquellos que padecen este trastorno. Esta iniciativa ha logrado activar a las distintas asociaciones, grupos de autoayuda, profesionales, instituciones y personas en general, para trabajar, conmemorar, celebrar y concienciar en diversos lugares del mundo. A tal punto se está tomando en serio el tema, que ha llegado a la pantalla grande, mostrando en esta increíble película el desafío profundo que tienen que enfrentar las personas que lo padecen. Muestra como el entorno del rey refuerza el complejo y el futuro monarca consolida la creencia de que nunca podrá curarse. Como muchos oradores principiantes a los que les cuesta hablar con autoridad, el rey tuvo que superar esa falta de autoconfianza. La persistencia y la medición del progreso es el secreto para recorrer ese camino. Lo que podemos aprender de «El Discurso del Rey» Cree en ti, admite que necesitas ayuda, échale horas de dedicación para mejorar, impulsa tu crecimiento en cada experiencia y no escondas quien eres. La enseñanza que nos deja esta increíble historia es que, al margen de partir de un punto complicado, con muchas dificultades, pudo realizar su discurso, fue capaz de superar la retransmisión en vivo por radio a más de 50 países. No lo hizo perfecto, pero enamoró a la gente. Su tartamudeo lo humanizó y la gente comprendió su espíritu de superación viéndolo como un héroe.