
La ciudad de Bragado no tiene juez de faltas desde hace 312 días, y aunque pareciera solo una cuestión formal aislada sin ningún valor determinante, en realidad es un hecho completamente necesario en la necesidad de recaudación que impera en el municipio. Lógicamente todo se pensó desde la típica planificación policial, quedando claro el poder que tiene el trio; Mario Busto, Pichinenda y Jose Luis Quarleri el secretario de gobierno. Estamos a 53 días de cumplir un año sin juez de faltas; La necesidad de tener justicia real en las situaciones de tránsito ha sido reemplazada por necesidad de la política de tener un elemento más para recaudar, siendo el intendente Barenghi quién lo certifica, sin ninguna experiencia previa en cuestiones del derecho, sin ninguna preparación intelectual acorde al área, con una profunda desprolijidad y una completa falta de seriedad.
Podemos observar los daños colaterales que surgen como consecuencia del plan. Uno de los fundamentales, es el desgaste político que absorbe Barenghi, dado que por conformar a sus amigos policías, comienza a recibir la desaprobación de la clase trabajadora. Desde comienzo de año, fuimos escribiendo sobre el contexto que iba a afrontar la ciudadanía en la economía cotidiana. Agregarle una mayor carga tributaria a los vecinos, con la promesa de generar mejores servicios, y apelar a la necesidad de dinero para pagar mejores sueldos municipales, claramente no es la construcción de una premisa que tiene en cuenta toda la realidad, si no solamente la realidad de la política y la municipalidad, porque en la realidad del contribuyente; solo se agregaron mayores costos. Y en la misma dirección, se construye como argumento que busca legitimar la acción; “la mejora” del tránsito, pero todos sabemos que es simplemente burocracia, en realidad los accidentes continúan de la misma manera, no se han mejorado las señaléticas, no se han colocado semáforos, ni siquiera se ha contratado mucho más gente para el área, quedando evidenciado el fin recaudatorio.
En redes sociales se puede ver el crecimiento de repudios por parte de los vecinos. En grupos de venta en Facebook, perfiles personales, etc
Otro de los daños colaterales es la marginalidad que se empezó a promover hacia ciertos sectores de la juventud- Manifestaciones de funcionarios llamando “lacras” a infractores y tildándolos de “futuros delincuentes”. Llegaron al punto de querer justificar una paliza que agentes del Estado le dieron a un joven en la plaza 25 de Mayo, apelando a la victimización de esos agentes, y de forma insólita con todo el aparato mediático cómplice; compartieron fragmentos aislados de la situación. Incluso en forma amenazante, llegaron a proponer que los agentes se van a defender nuevamente si hiciera falta, planteando un clima en Bragado que jamás se vivió, ajeno completamente al sentir democrático, como lo fue también el planteo de Bustos en un medio audiovisual, al proponer que a cierta hora de la madrugada no tenía que haber gente en la calle a menos que vaya a trabajar.
El abogado de apellido Baiz era el favorito del intendente Barenghi para ocupar el cargo de Juez de faltas. Al filtrarse esa posibilidad, prefirieron seguir como es hasta hoy, antes que elegir a otro, o incluso el propio Baiz. Quizá, las garantías que el gobierno necesita, no las logre encontrar en algún abogado capacitado para afrontar la responsabilidad de Juez.
Lo que si queda claro, es lo que Barenghi le está dando a Bragado con esta acción, y precisamente en ese verbo es llamativo, porque es lo que Barenghi le da a Bragado, pero también tiene que ver con que le saca a Bragado. Porque al sacarle el juez de faltas, le saca la justicia que la gente se merece, y también detrás de eso, va la recaudación; por lo tanto Barenghi castiga las infracciones con las multas más altas, generando agujeros económicos y así sucesivamente. Obviamente los ciudadanos no podrían nunca estar contentos con esa realidad.
Un ultimo punto es la floja tarea del arco político opositor con este tema, que a pesar de haberse referido al tema, lo ha hecho de forma muy tibia, con pocas herramientas, y por sobre todo, con muy pocas ganas de cambiar esa realidad espantosa que han generado , incluso lastimando el sistema que la clase política está obligada a defender. Si señores y señoras; el punto no es centrarse en infractores o no infractores, si no en la funcionalidad del sistema , lastimado hoy en ese punto por personalismos e intereses ajenos al del orden publico. Mas compromiso deberían tener sin dudas quienes tienen la representación del pueblo, mas énfasis!
Otra vez la acumulación de poder y el verticalismo propio los policías y los bigotes.
No es más que más de lo mismo. Mientras, se sigue persiguiendo.