En la madrugada del lunes un intento de robo, ¿Volvió el hombre gato?-¡No!- Los ladrones en Bragado tienen los techos de las casas ganados, van y viene como les plazca, y los ciudadanos tenemos que enrejarnos, meternos dentro de una cárcel o dentro de una caja de seguridad con alarma las 24 horas.
En la conocida carnicería “Santiago”, en la calle Leandro N. Alem y Brandsen — frente a la Escuela de Arte– hubo un intento de robo, hurto o como quiera llamarle la justicia. Entre el domingo a la noche y el lunes a la madrugada los malhechores se estuvieron paseando con total impunidad por los techos de los vecinos –incluido mi techo–. Mi vecina alertada por los ruidos me comunicó la situación– y no es la primera vez me dice asustada– ni se trata de personas que vienen de afuera de Bragado, puesto que los hechos se vienen haciendo reiteradamente.
Hablando con Santiago y su esposa, me contaron lo siguiente –El lunes a la mañana llegó y encuentro la puerta de costado que estaba abierta, los ladrillos del tapial arrancados, las plantas de calas aplastadas. Llamé a la alarma para averiguar qué había pasado y me dijeron que a las 2:15 de la madrugada, se había disparado. Ellos vinieron y se encontraron con todo “medianamente en orden” y se fueron porque tenían otros llamados, de otros lugares a la misma hora. Los chicos de JR dijeron que fue una noche muy movida–. En la puerta de la carnicería a pesar de que está pegado el cartel de la alarma, los osados malhechores no le hacen ningún caso. Estás personas ya no tienen ningún miedo ni reparo en cortar cables, en desarmar cuadros de alarmas, desactivar sensores, burlar circuitos de seguridad, que por más sofisticados y con ingeniería de última generación parece no alcanzar. –A dos casas de la carnicería, una señora encontró una remera que no pertenecía a la familia y un fierro doblado– comentó Santiago. Unos años atrás lo desvalijaron–le llevaron todo; carne, dinero y mobiliario— esto hizo que, tomara las medidas necesarias y pertinentes para evitar futuros robos, cosa que por lo visto no es tan fácil, puesto que la inseguridad no solamente aumenta, sino que se profesionaliza, dejándonos cada vez más expuesto y vulnerables.
Santiago, hace 22 años que tiene la carnicería, prácticamente llegó al barrio en el mismo momento que mis padres, y recuerdo… tengo muy presente… a un Bragado distinto. “Cualquier persona que se olvidaba la bicicleta fuera de la casa, al otro día, allí estaba”. Nosotros que veníamos de vivir en la inseguridad creciente del conurbano bonarense, nos llamaba mucho la atención y realmente lo apreciábamos, cosa que hoy en día eso ya no existe. Ahora parece que el conurbano bonarense sea el mismo Bragado.