Aprendí en España, que el duende se tiene o no se tiene, aprendí del camino a recoger herraduras del suelo, pero nunca a creer que ellas marcarían mi destino. Esto mismo me transmitió Milagros de la Serna, al terminar de charlar con ella; una persona valiente que se define a sí misma como multifacética, que tiene bien andado los caminos, y por esas cosas raras que tiene la vida se cruzó con esta poeta –escritora– que ahora juega otro rol en la actuación de la vida, y que como esta entrenadora, amante de los caballos a sabido bailar sobre la tierra, y seguro que ella ha encontrado muchas más herraduras, pues desde niña ha seguido el susurro de los caballos, inculcado por su madre como notas en el piano, y ha seguido en el susurro del viento, la música, cuando toca su canción preferida por amor a su padre. Dos pasiones que se conjugan con su personalidad, en un metro sesenta y pico –perdón si me equivoco– ha sabido capitalizar estos dones, entre ellos la doma –no solamente la tradicional, sino también la doma india, que de la mano de su maestro –Oscar Scarpati– aprendió como dice él mismo: “Amansar el Alma” –sin dejar la danza y el cante. Hablando de susurros, una voz baja, casi imperceptible mencionó su materia pendiente, la facultad de veterinaria, pero como buena domadora enlazó la emoción y nos contó que, pudo trabajar un periodo como ayudante de veterinaria, aunque lo que más le gusta es estar sobre el caballo.
Su vida cambió cuando conoció a Juana Chas — de la escuela de equitación– empezó a ver realidad sus sueños, de pronto un trueque de por medio –doma por clase– y todo fluyó. Josefina Chas–hermana de Juana– llega desde Uruguay y necesitaba alguien para varear los caballos árabes, fue entonces que termina trabajando con estos animales preciosos, y aprendiendo muchísimo de ellas. Al margen de la experiencia con los caballos árabes, trabaja con todas las razas, tiene caballos pensionados, en recuperación, de clases y entrena. En su campo “San Ramón”, tiene un proyecto que quiere ver la luz muy pronto, son jornadas completas de todo un día, que no solo abarca la experiencia con los caballos, sino también con su medio ambiente. Pueden ponerse en contacto con ella en su página de Isntagram (Sanramon_establecimiento), Facebook (Milagros de la Serna) o llamarla al teléfono: 2342402801.
Como lo habíamos adelantado, en su multifacetismo, en el momento que da clases de equitación descubre esa faceta de docente, y a través de un conocido que la incentiva, presenta un proyecto en la Unidad de Desarrollo Infantil, para dar clases de guitarra y folklore, que la lleva a estar cinco años trabajando en esa área. Milagros sigue estudiando, sigue entrenando, sigue buscando la excelencia. Y nosotros desde el diario, les deseamos lo mejor –¡enhorabuena!– por todos los proyectos nuevos, pues “la vida sin sueños es como Bragado sin caballos”.