Hace cincuenta años atrás –a Ale– para los amigos, su padre le dijo: ¡A vos, los asados te salen mejor que a mí!, y aquella voz experta, de un gran conocedor de la carne, que había sido además inspector de frigoríficos y veterinario, le dio el empujón –casi literalmente– al decirle, “a partir de hoy los asados los haces vos”.
Alejandro Pata Echave–el gran asador de Bragado– tuve el privilegio de conocerlo, cuando nos conectamos para que participará en la antología –20 Ver−S.O.S 20– editada en España en la época de la pandemia. Comenzó a escribir en las redes, desde el primer día de la cuarentena y no dejó de hacerlo. Es ingeniero, escritor, pincharrata, pescador y, más conocido como un buen asador, de hecho nos contaba que estuvo participando muchas veces haciendo los famosos costillares en la Fiesta del Caballo, que dicho y sea de paso, falta muy poco para disfrutar de nuestra fiesta.
Nos contaba que un día, ya sin su padre, se paró frente a la parrilla y empezó a sacar cuentas, a contabilizar los asados que había hecho en su vida, y llegó a la conclusión que había realizado mil, fue entonces que raíz de aquel momento tan partículas, empezó a enumerarlos, a contabilizar y sacarles foto. En el día de ayer entre amigos, se cumplió el ASADO 1612 –¡todo un reto!– y como bien dice él–hacer un asado excede a la comida–y aunque “el costillar al asador” sea la mejor comida del mundo, según Ale, hay detrás de esta ceremonia un mundo que no podemos perder. A veces nos trae nostalgia, recuerdo de un momento especial, otras quizás simplemente la desconexión total o parcial de la vida rutinaria, de los quehaceres diarios.
— El asado es la amistad, es compartir, es agradecer, es despedir al amigo que se va, al que se recibe, al que se casa, al que simplemente pone su casa para juntarnos– , –es el fuego a la orilla de la laguna; luego de un día de pesca, es la Peña de los jueves con los amigos de siempre, son las carreras de autos– son las palabras exactas, bellas, y profundas que nos dice un asador, pero también un buen narrador, que nos ilustra en sus letras el ritual argentino por excelencia. El asado que hizo más grande fue para ciento cincuenta personas, aproximadamente –con ayuda por supuesto, dice– y también tuvo el placer de hacer «ese asado» debajo las estrellas, en un momento intimista, con una chica hermosa a su lado.
El Pata, además Jeepero, así nos conocimos por redes yperdonalmente en Luján, por 2003 logicamente haciendo el asado, después un Jeep nos marco, y el día de hoy seguimos en contacto, El Señor de los Asados..
Un lujo de persona el gran Pata Echave y un excelente profesional. Vamos por el 1613!!!