
Hablamos de una forma de violencia de género por la cual hijos y/o personas del grupo familiar o afectivo de la víctima que tienen como objeto son amenazados para menoscabar sus relaciones afectivas, integridad física o psicológica; manifestándose mediante amenazas de alejarlos o matarlos, conociendo perfectamente el dolor que va a provocar, siendo un daño irreparable que sufrirá la víctima durante toda su vida.
La justicia sigue siendo débil en este tipo de violencia, y la falta de información impiden proporcionar medidas más fuertes de protección y apoyo a víctimas y posibles víctimas, siendo imprescindible aplicar siempre perspectiva de género; podríamos decir que es la muerte por sustitución de otro, pero que provoca los mismos resultados en la persona a quien se sustituye. Se trata de una cosificación, deshumanización de hijos o seres queridos quitándoles la categoría de personas para pasar a ser el instrumento con el cual dañar a la mujer; en el caso de los hijos el dolor causado es mucho mayor que si lo sufriera ella misma, es un dolor que la hará sentir culpable para siempre y dudará toda su vida.
Por lo general suele ser anunciado y muy poco escuchado para la justicia a la hora de las penas, con frases como:»No los vas a volver a ver»o»te voy a dar donde más te duele»; cuando el violento vé que pierde el control sobre su pareja, la posibilidad de seguir controlándola u orden de restricción, es cuando más se acentúa esta violencia. Es por todo esto que debemos visualizar la existencia cotidiana de este tipo de violencia, la más cruel y de la que menos se habla; debemos exigir condenas ejemplificadoras y efectivas, seguimientos reales, asistencia psicológica sin tiempos de espera, personas capacitadas y que no revictimicen, educación e información, no esperar al momento de presentarse a realizar una denuncia, y sobre todas las cosas entender que la vida de cada una de las víctimas tambien depende de la asistencia inmediata del estado. Por acción u omisión, en muchos de los femicidios o muertes por violencia vicaria, el estado es tán culpable y responsable como quién cometió el delito, y así debería también ser juzgado