
En una noche realmente fría se agradece algo caliente,- un café, un chocolate o una sopa- son pasadas las 20:00 horas y mi cita espera – el carismático presidente del Rotary Club-. Corro para llegar a su encuentro y un perrazo “Grey terrier” testarudo se empecina en querer morderme-ni siquiera eso logra quitarme el frío-. Llego al lugar de la reunión congelada, pero al empezar hablar con Jorge todo cambia -la llama se enciende- su Don de gente explica el porqué fue elegido para el cargo. Está nervioso, le tiembla la pierna derecha. Queremos conocerlo más, y aunque no puedo grabar la entrevista porque tengo un problema de configuración en el móvil, prosigo a la vieja usanza, cuaderno y lapicera. -¿Quién es Jorge?-Es algo que quiero averiguar, que queremos saber muchos por estos lares, pues la mayoría de los bragadenses saben de que trabaja- en la construcción- o qué proyectos tiene con el Rotary Club, pero son pocos aquellos que conocen a Jorge un poquito más íntimamente.
No quiero contarles lo políticamente correcto, hablarles del amor al servicio a la comunidad que él tiene -aunque así lo sea y por experiencia propia doy fe – sino quiero llevarlos hasta el corazón de Jorge -¿Qué lo emociona?-¿Qué lo inquieta?-¿Qué lo motiva?-
En algunos momentos, al inicio de la conversación me mira preocupado -no me conoce prácticamente- le cuento mi propuesta, y le aclaro de alguna manera que no muerdo. Le gustó la idea -que no muerda-pues tengo que decirles que fue muy valiente al respecto, además de coqueto – estaba impecable de pies a cabeza con un suéter negro al cuerpo, que dicho y paso, le quedaba muy bien. Consecuencia del deporte por años.
Jorge se enorgullece cuando habla del Rotary, en ningún momento me transmitió pesimismo -al contrario- súper optimista. Sentí pasión en sus palabras, la pasión de alguien que se entrega por lo que cree, por lo que ama. Me contó su experiencia al donar sangre y la alegría que le provocaba al ver a las personas colaborar, sumarse para una buena causa. Quizás su propio trabajo tuvo que ver algo en todo esto, le enseño que el hacer un buen equipo es importante, construir la vida junto a otro ser humano mano a mano y codo con codo, nos lleva a tener mejores cimientos como sociedad.
Jorge me decía, que perdió a su papá muy joven y le hubiese gustado tener más tiempo para disfrutar
junto a él, emocionado con algunas lágrimas ocultas como ese cielo a punto de llover, recordó su valía. Y aunque no le queda pendiente nada, el anhelo es notorio, quisiera tenerlo aquí junto a él. Al recordar a su padre noto que le ha dejado buenas huellas, esas mismas huellas que él ansia dejar -no solamente –
en sus hijos, en su familia, en sus amigos y conocidos, sino en todos y en cada uno que se cruce en su camino.
Me animo a decir que tiene un sentido profundo de empatía, un espíritu aventurero y una imaginación
bonita, sobre todo para apoyarse a la hora de luchar por una causa -aunque no quisiera verlo enojado- me dio la impresión que es firme en sus convicciones e ideales, mostrando en todo tiempo seguridad a pesar de los nervios. Jorge sabe disfrutar, y más hoy en día de la compañía de su madre, es consciente
que el tiempo no da muchas oportunidades y no quiere perderlas -tiene suerte de tenerla- de poder
comer juntos y que ella le cocine, así nuestro querido amigo pueda seguir viendo la vida con ojos de niño.