Una importante función y la experiencia de conducir por los caminos rurales.
El pasado 15 de abril Silvina, bragadense de 33 años comenzó a desempeñar sus funciones como conductora de ambulancia. Fue algo sorpresivo y un gran cambio a la normalidad dado que había hombres postulados.
La ambulancia que tiene a su cargo es en la localidad de Irala, en Bragado. En una época donde pese a los cambios para la mujer no hay casi nada, por estas zonas las ofertas son mas que nada para el comercio y si es en fabrica, básicamente las mujeres trabajan en lo textil, en el interior de bragado son pocas las oportunidades, algunas mujeres cosen en las casas porque se lo encargan de pueblos cercanos.
Irala, es una localidad de apenas 500 habitantes, ubicada en el partido de Bragado (44 mil habitantes) donde Ferrero desarrolla su actividad. Se trata de una pedanía donde la actividad agropecuaria es su principal sostén económico pero el trabajo que esto demanda aun continúa siendo una actividad para los hombres.
Este es un pueblo que no tiene accesos de asfalto, por lo que sus calles son sólo de tierra. Por este motivo para manejarse por estos caminos hay que tener experiencia, justamente los primeros días se tornaron difíciles por la cantidad de lluvia que cayó. A pesar de que el pueblo es tranquilo y el poco movimiento reduce en un enorme porcentaje las probabilidades de accidentes graves, la posibilidad de que algo complejo ocurra siempre está siempre latente.
Para ir adquiriendo experiencia en su puesto de trabajo tiene que ir tomando un cursos y capacitaciones cosa que hace, junto a los enfermeros de la zona. Leo, el otro ambulanciero, lleva ya dos años y fue quien trasladó su experiencia a Silvina en el manejo de la ambulancia y cada función que hay que cumplir La unidad a su cargo cuenta con tubos de oxígeno, una camilla que también tiene respaldo de madera para ocasiones especiales, un desfibrilador, botiquín de primeros auxilios con medicamentos y demás herramientas.
Irala está a 20 kilómetros de O’Brien, que es un pueblo más grande donde «viven los doctores», por lo que los traslados son siempre a ese lugar, más allá de que Ferrero y sus colegas deban que realizar primeros auxilios o no.
Antes de ser seleccionada como ambulanciera, Ferrero no era empleada municipal. Se
desempeñaba como ama de casa en su hogar, en el campo, donde criaba cerdos, caballos y ganado. Ella, por su vida rural, siempre condujo tractores y camionetas, motivo por el cual conoce qué hacer cuando el camino patina y los vehículos se encajan.
Para confirmarle su nueva labor, la directora de Salud Marina Romiglia se contactó por teléfono, pero la presentación se imposibilitó por una lluvia que ese día impidió desarrollar las actividades con normalidad. Por lo que tuvo que esperar unos días mas para empezar oficialmente con su tarea
Así Silvina Ferrero, se convirtió en la primera ambulanciera del sistema sanitario del municipio bonaerense de Bragado Irala, desarrolla su nueva labor.
«Para mí no existe eso de que las mujeres tengan que estar en la casa, cosiendo o detrás de un escritorio. Si te gusta otra cosa la podés hacer. Estoy muy contenta porque es un trabajo nuevo, y en un pueblito súper chico como Irala no hay muchas oportunidades laborales para las mujeres. Yo no tenía nada de fe, a la hora de postularme, pero las chicas de la municipalidad incentivaron para que me anote, porque total nada perdía. Por ahora estoy tratando de asimilar el trabajo y entender que puede pasar, porque tiene situaciones límite en las que aún no tengo experiencia, solo que en esos momentos los demás son los que están nerviosos. Por eso yo
tengo que mantenerme tranquila y hacer lo que sé y lo que voy a seguir aprendiendo mediante las capacitaciones. También me sirvió la experiencia previa de Leo quien me enseñó el manejo de la ambulancia y cada función que se puede cumplir.
Mi infancia fue re linda, iba siempre a una quinta en las afueras de la ciudad, y me encanto siempre el hecho de estar junto a los animales y jugar al aire libre. Soy re bichera, me encantan esas tareas, y es lo que más extraño durante la semana que estoy de guardia”.
Al ser consultada sobre la barrera que rompió al convertirse en la primera ambulanciera del distrito, Silvina concluye «Les diría a todas las mujeres que se animen a hacer lo que tengan ganas, porque capacitándonos podemos hacer las mismas cosas que los hombres. Para eso es importante el apoyo del Estado municipal y la sociedad. Si a alguien le gusta se tiene que postular, porque si yo pude, tiene que haber más mujeres ambulancieras».