
Hoy quiero dedicar esta columna a quien he mencionado fugazmente en mis notas, y siempre lo deje para una nota aparte porque se lo merece. Me estoy refiriendo a Antonio Lombardo, quien, sin lugar a dudas, fue el periodista y locutor más “ ́picante” que tuvo Bragado, varias radios de capital y La Pampa, donde también trabajó.
Hace más de 30 años, cuando colaboraba en una revista local, le hice una extensa nota de mas de 6 páginas, en donde me contó toda su vida, desde que era un adolescente. Varios días después, tuvieron que operarlo de urgencia, y cuando fui a verlo al hospital, él me dijo con un hilo de voz” esa nota un poco más y te sirve de necrológica”
Es que la vida de Antonio Lombardo fue una vida de película. Alguna vez conté, que su nieta Gala Baiz Lombardo, me dijo “seguro que mi abuelo te re putea…” a lo que yo rápido de reflejos, le conteste ” más vale que me reputea… pero yo a él también”. Pero me gané no se si su cariño; Si su respeto, por que nos decíamos las cosas de frente.
Esa así, con el “gordo” tuvimos idas y vueltas durísimas, pero cuando tuvo momentos difíciles siempre me tuvo a su lado. Antonio comienzo con la locución cuando era alumno de la vieja y querida Escuela Industrial, hoy Escuela Técnica N° 1,y posteriormente para poder ganarse la vida, se trasladó a la provincia de La Pampa, en donde trabajaba como operador en una radio. Un día, el dueño que además relataba partidos de fútbol, le dijo llorando, al recibir una llamado telefónico; “ Mira murió mamá, me tengo que ir al velorio, vas a tener que hacerte cargo vos de todo”, él no tenía ni idea de cómo hacerlo, pero si cantó los goles. Ese fue su debut con el “Fierrito”.
Esa noche le pidieron que presentara a una orquesta (en vivo)en un bar, y le pidió prestado un moño a un mozo amigo, a partir de allí, una vez vencido el miedo al micrófono pudo dedicarse a eso.
Mas tarde, “pegó la vuelta al pago”, y fue allí (como ya conté en otra nota) que se dio el gusto de transmitir la “Buenos Aires-Caracas” junto a ” Puli” Marti y Enelis Gelabert, colaborando nada menos que con Eduardo Gonzales Rouco y Alberto Hugo Cando ( dos procedes del relato automovilístico) Antonio siempre fue buscavidas, trabajó en nuestro diario cubriendo deportes, transmitía los partidos de
inferiores, con equipos propios en la “Liga de padres de familia” ,y como si fuera poco, trabajaba en la municipalidad como Inspector de Ruidos Molestos.
Como siempre digo; Hay una historia atrás de la historia, y esta me toca muy de cerca. El “gordo” se enteró que iba a salir a licitación una propaladora, que como ya he dicho, era un sistema de parlantes en donde uno en su casa, con un tocadiscos, pasaba música, leía avisos comerciales y hacia comentarios.
Antonio le pidió al intendente de aquel entonces (Mendizabal),que por favor le diera la licitación a él ,y el mandatario le dijo “ Gordo vos no podes presentarte, por que sos empleado municipal” Lombardo no se amilano y le dijo “ Pero si usted me da la concesión, le dejo mi puesto a otra persona”.
El intendente sorprendido le dijo ” y de donde vamos a sacar a otro muchacho”, y él le dijo” yo tengo un muchacho amigo que anda bien y es de confianza” Ante la pregunta “¿ A si, y quien es?” Lombardo le respondió “ es Kito Lavecchia” y de esa forma mi viejo entró a trabajar como municipal, hasta que después se fue a trabajar a Obras Sanitarias y se jubiló de eso. Antonio no solo tuvo esa propaladora, fue el director de un Periódico llamado “Meridiano”, de opinión y sacaba chispas, porque él era así, no se callaba nada. En dicha entrevista me contó que en la época de la dictadura, fue secuestrado “por algo que escribí y que le cayó mal a un militar, yo me ponía al día con
Dios por que rezaba” Y más que Valeria una de su hijas iba al jardín de infantes.
Una de las consecuencias de aquel episodio, es que cuando iba a buscar a Valeria al jardín tenia que ir con custodia policial.
Como todo locutor que se precie, siempre dijo que quería morir trabajando, y se le cumplió el deseo, porque el día que falleció, abrió la programación de su Fm San Gabriel, de repente se sintió mal y llamaron a una ambulancia. Cuando llegaron, lo encontraron abrazado al micrófono. Todavía era joven y tenía
mucho para dar, por eso siempre digo, que la intención de esta columna es dar a conocer personajes populares, sobre todo para las generaciones más jóvenes, que estoy seguro, que nunca lo escucharon nombrar, así que vayan estas líneas a modo de humilde y sencillo homenaje.
Sergio Lavecchia
¡Gracias Sergio por recordarlo con tanto cariño y respeto!