Mediciones objetivas para el monitoreo en el ganado bobino
El bienestar animal bovino y las buenas prácticas de manejo han ido transformando el
ecosistema de la producción animal. Y esto se debe, mayormente, a la creciente demanda por parte de las generaciones actuales de consumidores, lo cual genera un cambio cultural único, y obliga a adaptarse a estas nuevas exigencias. También, se ha observado un mayor interés por parte de los profesionales veterinarios y productores en relación a estos cambios, no solo por la demanda del mercado, sino por cuestiones éticas inherentes a la práctica. De este modo se adecúan las prácticas en beneficio de una rentabilidad sostenible, éticamente satisfactoria.
El bienestar animal es un concepto multidimensional, que comprende tanto aspectos físicos como mentales, y para su evaluación objetiva suelen establecerse principios basados en las libertades en ellos se utilizan herramientas como indicadores que, agrupadas de manera criteriosa, pueden formar parte de los protocolos de evaluación.
Para mantener esta buscada objetividad, los protocolos que se basan en indicadores válidos, confiables y prácticos, son herramientas poderosas al momento de decidir si son necesarias intervenciones o modificaciones para que el bienestar de los animales mejore.
El bienestar para el ganado bovino, se basa en 4 principios; buena alimentación, buen
alojamiento, buena salud y comportamiento apropiado.
Existen una serie de indicadores que pueden advertir acerca de la salud de nuestro ganado, tales como, la ausencia de hambre prolongada. Ausencia de sed prolongada, falta de confort durante el descanso, confort térmico o poca facilidad de movimiento. Presencia de lesiones o enfermedades constantes y ausencia de dolor. Conviene controlar las conductas sociales y la expresión de otras conductas del plantel. Mantener buena relación humano-animal y un estado emocional positivo te todo el ganado.
De esta forma se puede evaluar de manera íntegra y objetiva para controlar y diagnosticar el bienestar animal del ganado”4. Este criterio fue adaptado en Argentina, tomando como base los principios y criterios de protocolos europeos, identificando y seleccionando indicadores que se pudieran aplicar de forma exitosa.
En mediciones directas, depende de cómo se sienta en la situación que está viviendo cada individuo. Por este motivo se priorizan el punto de vista del animal, proponiendo el monitoreo de los indicadores basados en el animal, de salud, comportamentales y fisiológicos.
Este monitoreo permanente de los indicadores de bienestar basados en el animal puede ser utilizado como forma de detección de cualquier desvío en la salud o comportamiento de los animales, estableciendo un diagnóstico, y permitiendo que productor y profesional veterinario puedan trazar un plan de mejora específico que contribuye directamente al bienestar animal, así como a la cantidad y calidad de carne, ofreciendo condiciones de manejo más seguras para el personal involucrado, posibilitando el cumplimiento con la normativas vigentes y generando
un valor agregado a cada establecimiento. La consideración del bienestar animal bovino y su monitoreo permanente disminuyen las mermas en el crecimiento de los animales asociadas al estrés, con lo cual ganan peso más rápido. Por otra parte, entre los beneficios indirectos se pueden observar las mejoras en las relaciones entre los trabajadores involucrados y los animales, lo cual contribuye a mejorar el bienestar laboral en cada establecimiento.