
El informalismo, Art brut y el tachismo, reflejos de un mundo que recoge sus pedazos.
En la nota que entregamos el pasado 21 de junio empezamos a ahondar en los conceptos del arte Contemporáneo, presentando a modo de introducción a los movimientos y artistas más representativos de este periodo.
Ahí nos referimos al arte contemporáneo como el conjunto de manifestaciones artísticas que surgen a partir del siglo XX.
Si bien el concepto de este tipo de arte es bastante relativo según la época, dado que el arte creado en cualquier período siempre será contemporáneo para aquellos que coexisten en el tiempo con las obras. Abordamos 3 criterios fundamentales para determinar el momento a partir del cual se pueden denominar a las expresiones artísticas como contemporáneos, así determinamos que un criterio es ubicarlo al principio de la Edad Contemporánea, finales del siglo XVIII, con la Revolución Francesa, periodo marcado en su inicio con el romanticismo caracterizado por el énfasis en la libertad, individualidad, los sentimientos y la subjetividad.
De dicha determinación; llegamos a la conclusión que existe una segunda etapa marcada por el arte vanguardista, que surge a principios del siglo XX y en las obras destacan las ideas que revolucionaron la institución del arte; en un tercera etapa llamamos posmodernidad al arte que surgió a finales de la década del 60 e inicios de los años 70 donde destacaron los movimientos de arte pop, arte conceptual, el hiper-realismo, entre otros.
Hoy; basaremos esta serie en el primero de los ordenes que proponemos en este presente criterio de desarrollo del arte, “El informalismo”.
Se podría considerar informalismo a un expresionismo abstracto europeo. Pero eso sería simplificar un poco las cosas. Y el informalismo es expresionismo y es abstracto, pero no es exactamente expresionismo abstracto.
El informalismo se desarrolla en Europa después de la Segunda Guerra y su principal
característica es el uso de materiales.
Lo matérico y gestual, el azar y la improvisación, y una base ideológica fuertemente vinculada con el existencialismo. La subjetividad individual que intentara mostrar el abismo interior.
La referencia principal de la corriente y la actividad artística por este periodo enfrenta además de lo geográfico, la situación y experimentación que enfrenta al mundo artístico en estos años, el informalismo se da mayormente en los países europeos, el lugar donde se desarrollo la mayor parte de las contiendas armadas, el informalismo es quizás más poético, más íntimo que los épicos lienzos del expresionismo abstracto americano. Es también más estático, y más discreto. No tiene una personalidad tan consciente de su impacto en el arte. Es, por así decirlo, menos comercial e incluye las tendencias abstractas desarrolladas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. En esta primera etapa se distinguen corrientes como la abstracción
lírica, la pintura matérica, el tachismo, art brut, entre otras.
Basado en materia, gesto y signo, el arte Informal es el término genérico utilizado a partir de 1952 en Un art autre para definir la tendencia artística que recorre toda la década de 1950 en Europa, América y Japón.
En 1951, organizó la exposición Véhémences confrontées en la que presentó las obras de Bryen, Capogrossi, De Kooning, Hartung, Kline, Mathieu, Pollock, Riopelle, Wols, artistas que tenían en común el tratamiento expresivo de la materia, o el gesto instintivo. Todos estos pintores excluían lo figurativo. La investigación informal, se esfuerza en explorar las posibilidades expresivas de la materia que el artista manipula y transforma en objeto de arte; el color mismo, usado como una pasta, se convierte en materia. Es en este sentido que desarrollan su obra los pintores franceses Jean Fautrier, cuyas aplicaciones de materiales plásticos emergen de la mezcla cromática, y Jean Dubuffet, que utiliza una variedad de elementos; el catalán Antoni Tàpies, cuya obra es una exploración constante de la materia; el italiano Alberto Burri, que utiliza madera quemada, viejos sacos de yute y chapa.
Además de la investigación sobre la materia, el arte informal descubre el valor de los signos, que ya no sirven para modelar formas o imágenes, y se apartan totalmente de cualquier significado: Wols y Hans Hartung, alemanes de origen pero habiendo vivido mucho tiempo en Francia, los franceses Henri Michaux, Georges Mathieu y Pierre Soulages, los italianos Emilio Vedova, Afro Basaldella, Giuseppe Capogrossi y Lucio Fontana lo convierten en una forma de expresión de alta eficacia, incluso frente a la enorme diversidad de sus opciones personales.
El Tachismo (La tache, mancha en francés) de donde deriva el nombre de tachismo, junto con la materia y el signo son los elementos que constituyen la técnica del informalismo que pueden estar presentes en una sola obra o en el conjunto de la obra de un artista, como lo demuestra la serie Otages (1945- 50) de Fautrier. En Japón, una de las corrientes más cercanas a las manifestaciones informales europeas es la del grupo Gutaj o Gutai, fundado en 1950 por el pintor Jiro Yoshihara. El nombre tache fue utilizado por el crítico Pierre Gueguen en 1951 para describir el desarrollo artístico de la posguerra. Sin embargo, este término ya fue utilizado en 1889 por el crítico Félix Fénéon para describir la técnica impresionista, y de nuevo en 1909 por el artista Maurice Denis haciendo referencia a los pintores fauvistas. Pero sobre todo la que en
1862 valió su nombre a los manchistas italianos.
El Art brut bajo este nombre, el pintor francés Jean Dubuffet, después de 1945, designó todo tipo de manifestación expresiva brute, espontánea e inmediata, sin intenciones culturales ni superestructuras estéticas. En la exposición de art brut organizada en París en 1947 y luego en los Cahiers de l’art brut, Dubuffet reúne dibujos infantiles, obras de diletantes, expresiones gráficas de alienados, signos anónimos sacados de viejos muros, piezas y «objetos encontrados». De ahí que compartiera el interés por las manifestaciones artísticas primitivas y espontáneas de los fauves, de los expresionistas y los cubistas y propusiera, en pleno ambiente informal, el estilo y la técnica del automatismo típico de los surrealistas. La colección
se fue enriqueciendo con los años hasta que Dubuffet la donó a Suiza, abriéndose en Lausana el Museo d’Art Brut con Michel Thévoz como conservador.
Durante estos años y hasta el surgimiento del arte pop propiamente dicho se dan diferentes movimientos con características propias de la ubicación geográfica de los autores.