Esta semana el presidente Javier Milei, luego de obtener la media sanción de la Ley
Bases en el Senado de la Nación, pone en sus redes sociales una imagen un tanto
desagradable, en la cual se ve a un león con traje y la banda presidencial con gas
pimienta, gendarmes reprimiendo y personas civiles corriendo y algunas cayendo al
piso.
Esta imagen (supuestamente) avala algo que el había dicho cuando era invitado a los
programas de televisión, cuando era considerado el histriónico que gritaba e insultaba:
“yo discuto ideas, no discuto a nivel personal y ofensivo”.
Esto me impactó cuando leí conferencias de Theodor Adorno que brindó en Alemania
entre 1959 y 1967, en las cuales se observa el surgimiento de partidos de ultraderecha
como, por ejemplo, Alternativa para Alemania. Según plantea Adorno, estos
movimientos tan radicales de derecha, llevan a un camino de no salvación, a una
catástrofe de los diversos valores (políticos, económicos, culturales, etc.), y estos
partidos aparecen con discursos de liberación, y de prosperidad a largo plazo,
aunque para que llegue ese momento hay que soportar un tiempo de un ajuste.
Otra de las características que le atribuye Adorno a estos grupos es aprovechar los
vacíos legales que contiene la ley, para que de esta manera, puedan disfrazar de legal,
lo que es indudablemente ilegal.
También Adorno dice que estos grupos son expertos en repartir (lo que actualmente
conocemos como) fake news, hacer un uso y un abuso de las propagandas con tintes
demagógicos, y que estos son medios de control y manipulación.
En nuestra vida cotidiana, el actual presidente vive gobernando por sus redes sociales
y agrediendo a través de ellas a las personas de diferentes partidos políticos e
insultando una forma distinta de pensar, y engrandeciendo sus logros.
Es en estos pequeños gestos que el gobierno actual de la Argentina tiene mecanismos
de movimientos (cuasi) cercanas a las políticas comunicacionales aplicadas en diversos gobiernos a lo largo del siglo XX.
El presidente, y todo su “ejército de trolls”, viven agrediendo a toda persona que
piensa de manera distinta con insultos, con seudónimos despectivos, y, a la vez
tildarlos de “zurdos” como si fuera un “pecado mortal”.
Adorno dice, también, que estos grupos de derecha se aprovechan de las herramientas
de la democracia para llegar a los cargos jerárquicos de dirección de un país, y desde
ese punto, desmantelar el estado.
En este contexto el presidente Javier Milei hizo explícito esto catalogando al Estado de manera negativa, mostrándolo como algo completamente innecesario, definiéndose
como minarquista (es decir, una persona que quiere un Estado mínimo), y que las
personas que quedan sin asistencia, no hay nada para ofrecer.
Es en este contexto de brindar un Estado minarquista, el presidente cerró la mitad de
los ministerios, no les ha entregado los medicamentos a personas que tienen una
enfermedad oncológica, dentro del ¿ex? Ministerio de Desarrollo había una secretaría
que entregaba medicamentos muy caros a gente vulnerable, y también fue
desmantelado, y estos son solo algunos ejemplos.
También como acto de corrupción en el Ministerio de Capital Humano, y su ministra
“guardó” cinco toneladas de alimentos que no se los otorgaron ni a escuelas, ni a comedores que se encuentran en barrios populares, y esto se tapó con diversas
mentiras, y actualmente se le entregaron a organizaciones casi sin estructura, por ejemplo CONIN, cuyo director no tiene la más mínima idea de asuntos de profilaxis, y no puede repartir alimentos.
Mi postura es que, los comedores si deben ser investigados, y deben ser dado de baja
aquellos que no funcionan, y las personas no renuncien a uno de los aspectos vitales
de la vida, es decir, no deben renunciar a la alimentación.
También considero que en pos de poder tener un Estado eficiente (sin importar el
tamaño), y debe satisfacer las necesidades mínimas de la ciudadanía en general, y también deben para poder recibir ciertos beneficios se deben representar aquellos comprobantes por lo que son necesarios.
En todo este desmantelamiento, en el cual “el ajuste lo paga la casta”, “la política se
haría cargo del ajuste”, y, “todo el sector público tendría que pagar el ajuste”, se quedan las personas más vulnerables, y a otros sectores, sin sus correspondientes “ayudas estatales”.
Es en este contexto tan hostil y violento que protestar por algo que se está en contra
(o como algunos periodistas dicen: de una ley que se jacta de ser anticonstitucional), se haya convertido en una tarea imposible, se ha convertido en una cualidad negativa de las personas.
Todo el ajuste prometido lo que están pagando los jubilados y pensionados con la
licuación de los haberes, también, los empleados quienes cobran menos salario, y así
sucesivamente.
Esta tarea titánica de esta época de la Argentina todo esto se convirtió en una
inversión de los diversos valores que han hecho este país, una luminaria, en diversos sentidos como los culturales, los políticos, etc.
Esperemos que todo este proceso y todo este sufrimiento sea necesario para ver la
Argentina engrandecida, aunque en lo personal no creo en sufrimientos presentes
para bienaventuranzas futuras.
Por último, solo me queda decir, que estas palabras, están en completa solidaridad con
aquellas personas que están detenidas por protestar, aquellas personas a las que les
han sacado los medicamentos, a los jubilados y pensionados que la están pasando mal, y sobre todo, a las personas que están angustiadas en sus casas.
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